―“No, no” —le dijimos—, “somos hombres honrados; no somos espías.
Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías.
pero nosotros le dijimos: “Somos hombres honrados, no espías.
pero nosotros le dijimos: 'Nosotros somos gente honrada y no espías.
Pero le dijimos: Nosotros somos honrados, no somos espías.
Nosotros le dijimos: 'Somos gente honrada; no somos espías.
Y nosotros le dijimos: Somos hombres de verdad, no somos espías:
Somos hijos del mismo padre, somos personas honradas, señor. ¡No somos espías!
Somos doce hermanos, hijos de un mismo padre; uno murió, y el menor quedó con nuestro padre en la tierra de Canaán”.