te bendeciré muchísimo. Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes poseerán las ciudades de sus enemigos.
Génesis 41:49 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 De este modo José logró amontonar tanto trigo, que nadie podía calcular la cantidad que había, pues era como la arena del mar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número. Biblia Nueva Traducción Viviente Acumuló grandes cantidades de grano, tanto como si fuera arena a la orilla del mar. Al final, dejó de registrar las cantidades porque había tanto que resultaba imposible medirlo. Biblia Católica (Latinoamericana) Y así José juntó una cantidad de trigo tan enorme como la arena del mar, hasta tal punto que perdieron la cuenta, pues sobrepasaba todo cálculo. La Biblia Textual 3a Edicion José también almacenó grano como la arena del mar, mucho en extremo, hasta que dejó de contarlo, pues era sin número. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Acopió José trigo como las arenas del mar, en cantidad tan grande que hubo que dejar de medir, porque era incalculable. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y acopió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta que dejó de contar, porque no tenía número. |
te bendeciré muchísimo. Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes poseerán las ciudades de sus enemigos.
Durante aquellos años José compró para el gobierno una porción de todas las cosechas obtenidas a través de Egipto y la almacenó en las ciudades cercanas.
En este tiempo, antes que llegara el tiempo de escasez, su esposa Asenat, hija de Potifera, sacerdote de Heliópolis, le dio dos hijos.
Hizo llover aves abundantes como polvo; nubes de aves como la arena de la playa.
Y así como no se pueden contar las estrellas ni contarse los granos de arena de las playas, así los descendientes de mi servidor David y la descendencia de los levitas que para mí ministran se multiplicarán.
Las hordas enemigas llegaban montadas en camellos en un número tan grande que no se podían contar, y se quedaban hasta que la tierra había quedado completamente destruida y saqueada.
Los numerosos ejércitos de Madián, Amalec y otras naciones del oriente que se les habían unido estaban esparcidos a través del valle, numerosos como langostas, como la arena de la playa, y tenían tantos camellos que era difícil de contar.
Los filisteos reclutaron un poderoso ejército de tres mil carros, seis mil jinetes y tantos soldados como arena hay en la playa, y acamparon en Micmás al este de Bet Avén.