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Génesis 37:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pocos días después Israel llamó a José y le dijo: ―Tus hermanos están en Siquén apacentando el ganado. Anda a ver cómo están ellos y el ganado, y vuelve a avisarme. ―Muy bien —respondió José. Entonces José salió del valle de Hebrón y se dirigió a Siquén.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando ya llevaban un buen tiempo allí, Jacob le dijo a José: —Tus hermanos están en Siquem apacentando las ovejas. Prepárate, porque te enviaré a verlos. —Estoy listo para ir —respondió José.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

e Israel dijo a José: 'Tus hermanos están cuidando las ovejas en los pastos de Siquem; ven, que quiero mandarte donde ellos. Contestó José: 'Aquí estoy.

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La Biblia Textual 3a Edicion

dijo Israel a José: ¿No están tus hermanos pastoreando en Siquem? Ven, te enviaré a ellos. Y él dijo: Heme aquí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo Israel a José: 'Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén. Ven, que te voy a enviar adonde ellos están'. Él contestó: 'Aquí estoy'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo Israel a José: ¿No están tus hermanos apacentando el rebaño en Siquem? Ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

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Génesis 37:13
13 Tagairtí Cros  

Después de algunos años, Dios sometió a Abraham a una prueba. ―¡Abraham! —llamó Dios. ―Aquí estoy —respondió Abraham.


En ese momento, el ángel del Señor le gritó desde el cielo: ―¡Abraham! ¡Abraham! ―Aquí estoy —contestó Abraham.


Isaac estaba muy viejo y se había quedado ciego. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo: ―¡Hijo mío! ―¿Qué quieres, padre? —contestó Esaú.


Jacob llevó la bandeja con la comida a la pieza donde estaba su padre. ―¡Padre! —dijo Jacob. ―Aquí estoy, hijo mío. ¿Quién eres tú? —preguntó Isaac.


Luego llegaron a salvo a Siquén, en Canaán, y acamparon fuera de la ciudad.


Un día los hermanos de José llevaron los rebaños de su padre a Siquén, para apacentarlos allí.


»Ustedes son como ovejas y los estoy enviando a meterse donde están los lobos. Sean prudentes como serpientes e inofensivos como palomas.


»Así que el dueño del viñedo pensó: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo, al que tanto amo. Estoy seguro de que a él sí lo respetarán”.


Pero Elí lo llamó. ―Hijo mío.


El Señor llamó a Samuel por tercera vez, y una vez más Samuel se bajó de la cama y corrió a la habitación de Elí. ―Sí —le dijo—. ¿Qué necesitas? Elí comprendió que era el Señor quien le había hablado al muchacho,