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Génesis 35:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Jacob entonces ordenó a su familia y a toda la gente que estaba con él que destruyeran los ídolos que habían traído consigo, que se purificaran ceremonialmente y que se pusieran ropa limpia.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces Jacob les dijo a todos los de su casa: «Desháganse de todos sus ídolos paganos, purifíquense y pónganse ropas limpias.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Llamó Jacob a toda su familia y a los que estaban con él y les ordenó: 'Arrojen lejos a los dioses extranjeros que tienen con ustedes. Purifíquense y cámbiense la ropa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces dijo Jacob a su casa y a todos los que estaban con él: Quitad los dioses extraños que hay entre vosotros, purificaos y mudad vuestras ropas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo Jacob a los de su casa y a todos los que estaban con él: 'Retirad los dioses extranjeros que hay entre vosotros; purificaos y mudaos los vestidos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestras vestiduras.

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Génesis 35:2
58 Tagairtí Cros  

Estoy seguro de que enseñará a sus descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos continúen practicando la justicia y la honestidad. Yo, por mi parte, le cumpliré a Abraham todo lo que le he prometido».


Pero, mira, si pensabas que debías partir, y tanto extrañabas el hogar de tu niñez, ¿por qué has robado mis ídolos?


Como recordarán, Raquel era la que se había robado los ídolos. Ella los había escondido en la silla de su camello y estaba sentada sobre ellos. Aunque Labán buscó en toda la tienda, nada encontró.


Y la vio Siquén hijo de Jamor, el jefe de los heveos. Entonces la agarró a la fuerza y la violó.


Fue allí donde Rubén tuvo relaciones sexuales con Bilhá, la concubina de Jacob, quien se enteró de lo sucedido. Estos son los nombres de los doce hijos de Jacob:


¿Qué otras naciones en la tierra han recibido bendiciones similares a las de Israel tu pueblo? Porque tú rescataste de la esclavitud a tu nación escogida, para traer gloria a tu nombre. Tú la rescataste para ti de Egipto, de las otras naciones y de sus dioses.


Pero estos extranjeros también adoraban a sus propios dioses, a los que pusieron en los altares de las colinas, cerca de sus ciudades.


Entonces el profeta le mandó a decir que fuera a lavarse siete veces en el río Jordán, y que así sanaría de su lepra.


Pues los otros dioses son solo imágenes; pero el Señor hizo los cielos.


Al terminar el ciclo de los banquetes, Job reunía a sus hijos y los santificaba; se levantaba muy de mañana y presentaba una ofrenda por cada uno de ellos. Porque pensaba: «Quizás mis hijos hayan pecado y en su corazón se hayan alejado de Dios». Estas cosas eran costumbre en Job.


Lávame de toda mi culpa y límpiame de mi pecado.


Purifícame con hisopo, y volveré a ser puro. Lávame, y seré más blanco que la nieve.


Desciende ahora y haz que el pueblo se prepare para mi visita. Santifícalos hoy y mañana; y haz que laven su ropa.


Moisés descendió al pueblo y lo santificó, y ellos lavaron su ropa.


»Obedezcan todas estas cosas, y recuerden que no deben ni siquiera mencionar el nombre de otro dios.


Cuando entres en la casa de Dios, ten abiertos los oídos y cerrada la boca. No seas como el necio que ni siquiera reconoce que es pecado hacerle a Dios promesas temerarias,


¡Oh, lávense, límpiense! Que no les vea yo nunca más cometer esas maldades; dejen sus malos caminos.


¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


¡Cuán bajo has caído, pueblo mío! Por todos lados hay señales de tu alejamiento de mí, tu deslealtad para conmigo y tu abominable culto a los ídolos en los campos y colinas. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Cuándo podrás ser nuevamente pura?


¿Podrán los seres humanos hacer dioses? ¡Qué van a ser dioses los que ellos hicieron!».


¿Cómo perdonarlos? Porque hasta sus niños se han apartado, y adoran dioses que no lo son. Di de comer a mi pueblo hasta que estuvo satisfecho, y su agradecimiento fue entregarse al adulterio escandalosamente y armar francachelas en los burdeles de la ciudad.


¡Déjenlos como cosa del pasado y pidan a Dios ayuda para que puedan recibir pensamientos y sentimientos renovados! Pues ¿por qué habrían de morir, israelitas?


»Luego yo les dije: “Eliminen todos los ídolos a los que ahí se les rinde homenaje, no se contaminen tampoco con los ídolos de Egipto, pues yo soy el Señor Dios de ustedes”.


Entonces será como si yo hubiera esparcido agua limpia sobre ustedes, porque serán limpios; su inmundicia será lavada, y sus homenajes a los ídolos será cosa del pasado.


Todos bebían vino y elogiaban a sus ídolos, hechos de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.


y cualquiera que toque su cama quedará ritualmente impuro hasta el anochecer, y tendrá que lavar su ropa y bañarse.


Pero si no lava su ropa ni se baña, sufrirá las consecuencias de su pecado».


En el día séptimo deben lavar la ropa que traen puesta, y después de purificarse pueden regresar al campamento».


Como ustedes bien saben, porque lo han visto y oído, ese tal Pablo ha convencido a un grupo numeroso de personas de que los dioses fabricados no son dioses.


No debemos adorar ídolos, como ellos. (Las Escrituras nos dicen que «el pueblo se sentó a comer y a beber, y luego se produjo el desenfreno»).


Puesto que tenemos tan grandes promesas, amados hermanos, apartémonos del mal, ya sea mal corporal o espiritual. Así en el temor de Dios procuraremos ser completamente santos.


Antes que ustedes conocieran a Dios, eran esclavos de los que en realidad no son dioses.


y maldición si lo desobedecen y adoran los dioses de estas otras naciones.


Israel comenzó a seguir a dioses ajenos, y el Señor se airó; sintió celos por su pueblo.


»No tendrás dioses ajenos delante de mí.


»No adorarás a los dioses de las naciones que te rodean,


»Quema sus ídolos y no toques la plata o el oro con que estén hechos. No los tomes porque te servirán de tropiezo: el Señor los detesta.


Y puesto que es así, acerquémonos a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, ya que en nuestro interior hemos sido purificados de una mala conciencia y exteriormente hemos sido lavados con agua pura.


Acérquense a Dios y él se acercará a ustedes. ¡Pecadores, límpiense las manos! ¡Ustedes, inconstantes, purifiquen su corazón!


Para que no se les ocurra mezclarse con los pueblos (paganos) que aún viven en esta tierra. Ni siquiera mencionen el nombre de sus dioses, ni juren por ellos, ni los adoren.


»Por lo tanto, teman al Señor y sírvanle con sinceridad y verdad. Desechen para siempre los ídolos que sus antepasados adoraron más allá del Éufrates y en Egipto. Adoren al Señor solamente.


Pero si les parece mal servir al Señor, escojan hoy a quién van a servir, si a los dioses que sus antepasados adoraban más allá del Éufrates o a los dioses de los amorreos de esta tierra. Pero yo y los de mi casa serviremos al Señor.


Josué se dirigió a ellos con las siguientes palabras: ―El Señor Dios de Israel dice: “Sus antepasados, incluyendo a Téraj el padre de Abraham y Najor, vivieron al oriente del río Éufrates. Allí adoraban a otros dioses.


Si lo abandonan y adoran otros dioses, él se volverá contra ustedes y los destruirá, aunque los haya cuidado durante tanto tiempo.


―Entonces —dijo Josué— destruyan los ídolos que ahora poseen y obedezcan al Señor el Dios de Israel.


salven a otros, arrebatándolos del fuego. Y en cuanto a los demás, sean bondadosos con ellos, pero tengan cuidado y no se dejen arrastrar por sus pecados.


Entonces destruyeron todos los dioses extranjeros y adoraron solamente al Señor. Y el Señor se compadeció de su dolor.


―Mira —le dijo Noemí—, tu concuña ha regresado a su pueblo y a sus dioses. Tú deberías hacer lo mismo.


―No pasa nada —contestó Samuel—. He venido a ofrecer un sacrificio al Señor. Purifíquense y acompáñenme al sacrificio. Y realizó el rito de la purificación en favor de Isaí y de sus hijos y los invitó al sacrificio.


Entonces Samuel les dijo: «Si realmente quieren volver al Señor, desháganse de los dioses extraños y de los ídolos de Astarté. Resuélvanse a obedecer y a adorar solamente al Señor, y él los liberará de los filisteos».