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Génesis 31:34 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Como recordarán, Raquel era la que se había robado los ídolos. Ella los había escondido en la silla de su camello y estaba sentada sobre ellos. Aunque Labán buscó en toda la tienda, nada encontró.

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Biblia Reina Valera 1960

Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

pero Raquel había tomado los ídolos y los había escondido en la montura de su camello, y estaba sentada encima de ellos. Cuando Labán terminó de buscar en cada rincón de la carpa sin encontrarlos,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

pero Raquel había tomado los ídolos familiares y colocándolos debajo de la montura del camello se sentó encima mientras Labán registraba toda su tienda y no encontraba nada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

pero Raquel ya había tomado los ídolos y los había metido debajo de la albarda del camello, y se había sentado encima de ellos. Labán pues rebuscó por toda la tienda, pero no los halló.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero Raquel había tomado los terafim, los había colocado en la albarda del camello y se había sentado encima. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no halló nada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y tomó Raquel los ídolos, y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán por toda la tienda pero no los halló.

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Génesis 31:34
8 Tagairtí Cros  

Así fue que un día, mientras Labán se encontraba ausente trasquilando las ovejas, Jacob hizo que sus esposas e hijos montaran en los camellos. Además, tomó todos los ganados, junto con todas las riquezas que había conseguido en Padán Aram, y emprendió el viaje hacia Canaán, donde vivía su padre Isaac. Esto lo hizo sin que Labán se diera cuenta. Por su parte, Raquel le robó a Labán los ídolos de la familia. Esto lo hizo mientras Labán se encontraba en otro lugar esquilando las ovejas.


Labán entró primero a la tienda de Jacob a buscar los ídolos, luego a la de Lea y de allí a las de las dos concubinas, pero no encontró nada en ellas. Finalmente entró a la tienda de Raquel.


Raquel le dijo a Labán: ―Padre, perdóname que no me levante, pero estoy con la menstruación. Labán siguió buscando sus ídolos, pero no los encontró.


Esta situación ilustra el hecho de que Israel estará por mucho tiempo sin rey ni príncipe, y sin altar ni templo ni sacerdotes. ¡Ni siquiera tendrá ídolos!


Toda silla en que cabalgue el que padece de flujo queda impura,


―¿Y lo preguntan? —replicó Micaías—. Se han robado mis dioses y mi sacerdote, y nada me han dejado.


Porque la rebelión es tan mala como el pecado de hechicería, y la soberbia es tan mala como la idolatría. Y ahora, por cuanto has rechazado la palabra del Señor, él te ha rechazado como rey.