y le dijo: ―Hombre, ¡estoy muerto de hambre! ¡Por favor, dame un poco de ese guiso rojo! (Por eso, a Esaú también se le conoció con el nombre de Edom, que significa rojo).
Génesis 30:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Un día, durante la época de la cosecha del trigo, Rubén encontró algunas mandrágoras que crecían en el campo y se las llevó a Lea, su madre. Raquel le dijo a Lea: ―Por favor, regálame algunas de las mandrágoras que te trajo tu hijo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cierto día, durante la cosecha de trigo, Rubén encontró algunas mandrágoras que crecían en el campo y se las llevó a su madre, Lea. Raquel le suplicó a Lea: —Por favor, dame algunas de las mandrágoras que te trajo tu hijo. Biblia Católica (Latinoamericana) En el tiempo de la siega del trigo, salió Rubén y encontró unas manzanas silvestres en el campo; y se las llevó a su madre Lía. Las vio Raquel y dijo a Lía: 'Por favor, dame alguna de esas manzanas silvestres que ha traído tu hijo. La Biblia Textual 3a Edicion Durante la siega del trigo, fue Rubén y halló mandrágoras° en el campo, y las llevó a su madre Lea. Y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió Rubén al tiempo de la siega del trigo, encontró mandrágoras en el campo y se las trajo a Lía, su madre. Dijo Raquel a Lía: 'Dame, por favor, algunas de las mandrágoras de tu hijo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre: y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo. |
y le dijo: ―Hombre, ¡estoy muerto de hambre! ¡Por favor, dame un poco de ese guiso rojo! (Por eso, a Esaú también se le conoció con el nombre de Edom, que significa rojo).
Pero Lea, disgustada, le respondió: ―¿No crees que es suficiente con que me hayas robado a mi marido, para que ahora quieras quedarte con las mandrágoras que me ha traído mi hijo? Raquel entonces le dijo con tristeza: ―Si me das las mandrágoras, te prometo que Jacob dormirá contigo esta noche.
Aquella tarde cuando Jacob regresaba al hogar desde el campo, Lea le salió al encuentro y le dijo: ―Tienes que dormir conmigo esta noche, pues te alquilé por unas mandrágoras que encontró mi hijo. Y Jacob durmió con ella esa noche.
Allí las mandrágoras esparcen su aroma, y a nuestra puerta hallamos las más exóticas frutas, frescas y secas, pues las he guardado para ti, amado mío.