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Génesis 27:30 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

En cuanto Isaac hubo bendecido a Jacob, y casi en el momento en que este salía de la carpa de su padre, llegó Esaú del campo con su caza.

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Biblia Reina Valera 1960

Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

En cuanto Isaac terminó de bendecir a Jacob y casi antes de que Jacob saliera de la presencia de su padre, Esaú regresó de cazar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Apenas Isaac había terminado de bendecirle, y Jacob había salido de la pieza de su padre, cuando llegó Esaú, su hermano, con el producto de su caza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Apenas terminó Isaac de bendecir a Jacob, y no bien había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Apenas había acabado Isaac de bendecir a Jacob, ya casi en el momento mismo en que éste salía de la presencia de Isaac, su padre, llegó Esaú, su hermano, de su cacería.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció que tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y Jacob apenas había salido de la presencia de Isaac su padre, Esaú su hermano vino de su cacería.

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Génesis 27:30
4 Tagairtí Cros  

Con la ayuda del Señor llegó a ser un cazador muy valiente. Por eso, se hizo popular decir: «Tan valiente como Nimrod, quien llegó a ser un excelente cazador porque el Señor lo ayudó».


Que muchas naciones te sirvan; que muchos pueblos se inclinen delante de ti. Que seas el amo de todos tus parientes, y que todos ellos se inclinen delante de ti. Malditos sean los que te maldigan, y benditos los que te bendigan».


También la preparó en la forma que a su padre le gustaba y se la llevó. ―Padre —dijo Esaú—, aquí está lo que te he preparado con lo que he cazado. Siéntate y come, para que me des la mejor de tus bendiciones.


Y después, como ustedes ya saben, quiso heredar esa bendición, ¡pero fue rechazado!; y, aunque con lágrimas buscó la bendición, no se le dio oportunidad de arrepentirse.