Cuando Abram salió hacia la región de Canaán se llevó a su esposa Saray, a su sobrino Lot y a toda la gente que había comprado en Jarán. También se llevó todas las cosas y animales que había conseguido.
Génesis 14:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Los que ganaron la batalla fueron a las ciudades de Sodoma y Gomorra se llevaron todos los alimentos y artículos de valor que había en ellas. Después emprendieron el regreso a sus países. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces los invasores victoriosos saquearon Sodoma y Gomorra y emprendieron el regreso a su tierra con el botín de guerra y los alimentos. Biblia Católica (Latinoamericana) Los vencedores se adueñaron de las riquezas y las reservas de alimentos de Sodoma y Gomorra y se marcharon. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces tomaron° todos los bienes de Sodoma y Gomorra, y todo su sustento, y se fueron. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los vencedores se apoderaron de todos los bienes de Sodoma y Gomorra, y de todas sus provisiones y se fueron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron. |
Cuando Abram salió hacia la región de Canaán se llevó a su esposa Saray, a su sobrino Lot y a toda la gente que había comprado en Jarán. También se llevó todas las cosas y animales que había conseguido.
Los reyes de Sodoma y Gomorra, al verse derrotados, intentaron huir junto con sus ejércitos, pero cayeron en los pozos de alquitrán que había en el valle de Sidín. Los que lograron salir de allí, se escondieron en la montaña.
Como Lot, el sobrino de Abram, vivía en Sodoma, también se lo llevaron, junto con todo lo que tenía.
De modo que Abram pudo recuperar todas las cosas que esos hombres se habían robado. También logró liberar a su sobrino Lot y sus posesiones, a las mujeres y a todas las demás personas que habían sido capturadas.
El rey de Sodoma le dijo a Abram: ―Entrégame las personas que liberaste y quédate con todas las cosas que has recuperado.
Tus bueyes serán degollados delante de tus propios ojos, pero no podrás comer un bocado de su carne. Tus burros te serán arrebatados mientras miras y nadie te los devolverá. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos. ¡No habrá quien te proteja!
El Señor te cubrirá de llagas incurables de la cabeza hasta los pies.
Comerán de lo que haya en tu casa hasta que se hayan agotado el ganado y las cosechas. Desaparecerá el grano, el vino nuevo, los cabritos y los corderos.