Estas son algunas de sus obras más insignificantes; no más que un murmullo de su poder. ¿Quién podrá entonces resistir ante su trueno?».
Génesis 1:2 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 La tierra estaba desordenada y no tenía forma. La oscuridad cubría el profundo abismo, mientras que el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Biblia Nueva Traducción Viviente La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas. Biblia Católica (Latinoamericana) todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el Espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las Aguas. La Biblia Textual 3a Edicion Pero la tierra llegó a estar desolada° y vacía, y había tinieblas sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se cernía° sobre la faz de las aguas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 La tierra era una masa informe y caótica. Había tiniebla sobre la faz del abismo y el hálito de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y la tierra estaba sin forma y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. |
Estas son algunas de sus obras más insignificantes; no más que un murmullo de su poder. ¿Quién podrá entonces resistir ante su trueno?».
Dios extiende el cielo sobre el espacio vacío, y cuelga la tierra de la nada.
Envías entonces tu Espíritu y nace nueva vida, para volver a llenar de seres vivientes la tierra.
Al que extendió la tierra sobre las aguas; su gran amor perdura para siempre.
Alábenlo desde la tierra, ustedes criaturas de las profundidades del océano;
Bastó que hablara, y se formaron los cielos; que soplara para que se formaran todas las estrellas.
Nací antes que fueran creados los grandes mares, antes que surgieran los manantiales de abundantes aguas,
Porque el Señor creó el cielo y la tierra y lo puso todo en su sitio, e hizo el mundo para que fuera habitado, y no un caos vacío. Yo soy el Señor, dice él, y no hay otro.
Miré su tierra, y hasta donde mi vista alcanzaba en todas direcciones no se veían más que ruinas, y el cielo estaba negro por el humo de los incendios.
En poco tiempo la ciudad ha quedado como un matadero vacío. Los corazones laten acelerados de terror; tiemblan las rodillas; la gente se estremece de dolor y todos palidecen de espanto.
Porque Dios, que dijo: «Resplandezca la luz en las tinieblas», hizo brillar su luz en nuestros corazones y nos ha hecho comprender que es el resplandor de su gloria lo que brilla en el rostro de Cristo.
Extendió sus alas sobre ellos, como un águila protege a sus polluelos, y los lleva sobre sus alas.