»No busquen la venganza. No conserven rencor en el corazón, sino amen a su prójimo como a ustedes mismos, porque yo soy el Señor.
Gálatas 5:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Toda la ley se resume en este mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo», Biblia Católica (Latinoamericana) Pues la Ley entera se resume en una frase: Amarás al prójimo como a ti mismo. La Biblia Textual 3a Edicion Porque toda la ley queda cumplida en esta sola palabra: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pues toda la ley queda cumplida con este solo precepto: el de amarás a tu prójimo como a ti mismo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque toda la ley en una palabra se cumple, en esta: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. |
»No busquen la venganza. No conserven rencor en el corazón, sino amen a su prójimo como a ustedes mismos, porque yo soy el Señor.
Deben tratarlos como a uno de ustedes. Ámenlos como a ustedes mismos, porque recuerden que ustedes también fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor su Dios.
»Haz a otros todo lo que quieras que te hagan a ti. En esto se resumen las enseñanzas de la ley y de los profetas.
Y el segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más importante que estos.
Y que amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y todos los sacrificios.
»Les doy este mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. Así como yo los amo, ustedes deben amarse unos a otros.
Me ha sorprendido que tan pronto se estén apartando ustedes de Dios, quien les llamó y mostró su amor por medio de Cristo. Ahora han adoptado otro evangelio.
Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas y así estarán obedeciendo la ley de Cristo.
Sigue haciéndolo, para que el amor proceda de un corazón limpio, de una conciencia buena y de una fe sincera.