Esto es lo que el Señor me enseñó, y que ya les transmití antes: La noche en que Judas lo traicionó, el Señor Jesús tomó pan
Gálatas 1:12 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 No lo recibí ni aprendí de ninguna persona, sino que fue Jesucristo mismo quien me lo enseñó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Biblia Nueva Traducción Viviente No recibí mi mensaje de ninguna fuente humana ni nadie me lo enseñó. En cambio, lo recibí por revelación directa de Jesucristo. Biblia Católica (Latinoamericana) No lo he recibido de un hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por una revelación de Cristo Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre, sino por revelación de Jesús el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) pues yo ni lo recibí de hombre, ni tampoco me fue enseñado, sino por revelación de Jesucristo. |
Esto es lo que el Señor me enseñó, y que ya les transmití antes: La noche en que Judas lo traicionó, el Señor Jesús tomó pan
Nosotros las conocemos porque Dios envió a su Espíritu a revelárnoslas, ya que su Espíritu lo escudriña todo, hasta los secretos más profundos de Dios.
Fíjense en lo que tienen a la vista. Si alguien puede afirmar que le pertenece a Cristo, lo mismo podemos decir nosotros.
Ya sé que no gano nada con presumir de mí mismo, pero ahora les voy a hablar de las visiones y de las revelaciones del Señor.
Pablo, apóstol (no enviado de los hombres ni por los hombres, sino por Jesucristo mismo y Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)
revelarme a su Hijo, para que fuera a predicarlo entre los gentiles, no fui inmediatamente a consultar con nadie,
Dios me había revelado que debía hablar en privado con los dirigentes de Jerusalén acerca del evangelio que predicaba entre los gentiles. Lo hice para que todo mi trabajo no fuera en vano.
Ya antes les mencioné brevemente que Dios mismo me reveló ese misterio.
De acuerdo con lo que el Señor nos enseñó, nosotros les aseguramos que los que estemos vivos cuando el Señor regrese, no nos adelantaremos a los que ya estén muertos.