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Éxodo 8:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―Muy bien —le dijo Moisés—. Solamente dime cuándo quieres que ore al Señor por ti, por tus funcionarios y por todo el pueblo. Al hacerlo, las ranas se irán de sus casas, y sólo estarán en el río.

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Biblia Reina Valera 1960

Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¡Tú fija la hora! —respondió Moisés—. Dime cuándo quieres que ore por ti, por tus funcionarios y por tu gente. Entonces tú y tus casas se librarán de las ranas, y estas quedarán solo en el río Nilo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

y Yavé cumplió la promesa de Moisés: todas las ranas salieron de las casas, de las granjas y de los campos, y murieron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate señalarme para cuándo he de suplicar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas se quiten de ti y de tus casas, y sean dejadas sólo en el Nilo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Escuchó Yahveh la petición de Moisés, y murieron las ranas en las casas, en las granjas y en los campos;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y dijo Moisés a Faraón: Gloríate sobre mí: ¿cuándo debo orar por ti, y por tus siervos, y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti, y de tus casas, y que solamente se queden en el río?

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Éxodo 8:9
8 Tagairtí Cros  

Elías se volvió a los profetas de Baal, y les dijo: ―Empiecen ustedes, pues son la mayoría. Escojan uno de los becerros, prepárenlo, y luego invoquen a su dios; pero no enciendan fuego debajo de la leña.


Después de que el Señor golpeó las aguas del Nilo, pasaron siete días.


―Mañana mismo —respondió el faraón. ―De acuerdo —dijo Moisés—. Será como has dicho. Así sabrás que no hay nadie como el Señor nuestro Dios.


Te aseguro que las ranas ya no serán una molestia, pues saldrán de tu casa, de las casas de tus oficiales y de las de todo el pueblo, y sólo quedarán las que están en el río.


El faraón llamó a Moisés y a Aarón y les dijo: ―Rueguen al Señor que quite las ranas, y yo dejaré que su pueblo salga a ofrecerle sacrificio.


Pero el Señor dice: «¿Pretenderá el hacha tener más poder que el hombre que la maneja? ¿Será la sierra más importante que el serrador? ¿Podrá la vara golpear a menos que la mano la mueva? ¿Podrá el bordón caminar por sí solo?».


―Bien, los perdonaré de la manera que me has pedido —respondió el Señor—.


El Señor le dijo a Gedeón: «Los que están contigo son muchos. No puedo permitir que todos se enfrenten a los madianitas, porque entonces el pueblo de Israel se jactará delante de mí de que se han salvado por su propia fortaleza.