Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales que estaban con él en el barco. Dios hizo soplar un fuerte viento sobre la tierra, de modo que las aguas comenzaron a bajar.
Éxodo 6:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 He oído ahora el clamor del pueblo de Israel, que sufre como esclavo de los egipcios, y me acuerdo de mi promesa. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Biblia Nueva Traducción Viviente Puedes estar seguro de que he oído los gemidos de los israelitas que ahora son esclavos de los egipcios, y tengo muy presente mi pacto con ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Ahora me acuerdo de mi alianza al oír los gemidos de los hijos de Israel oprimidos por los egipcios. La Biblia Textual 3a Edicion Y ahora Yo he escuchado el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios hacen servir, y he recordado mi pacto. Biblia Serafín de Ausejo 1975 He oído también el gemido de los israelitas, oprimido por los egipcios, y me he acordado de mi alianza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto. |
Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales que estaban con él en el barco. Dios hizo soplar un fuerte viento sobre la tierra, de modo que las aguas comenzaron a bajar.
Pasaron muchos años, y murió el faraón. Los israelitas, sin embargo, gemían bajo su pesada carga, profundamente atribulados por la esclavitud, y lloraban amargamente delante de Dios. Dios oyó su lamento desde los cielos y
se acordó de su pacto, de la promesa hecha a Abraham, a Isaac y a Jacob de hacer regresar a sus descendientes a la tierra de Canaán.
―He visto los profundos sufrimientos de mi pueblo en Egipto —le dijo el Señor—, y he oído sus oraciones en que piden liberación de sus duros capataces.
―¿Quiénes se creen ustedes? —gritó el faraón—. ¿Por qué distraen al pueblo de su trabajo? ¡Vuelvan a sus tareas!
y los libró de todas sus aflicciones. No fue ningún enviado del Señor, sino que él en persona, motivado por su amor y piedad, los redimió, los levantó y los condujo todos aquellos años antiguos.
Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y siempre lo trató con misericordia.
que sería misericordioso con nuestros padres al acordarse de su santo pacto.