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Éxodo 25:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

»También le harás al cofre una cubierta de oro puro de un metro y diez centímetros de largo, por setenta centímetros de ancho.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Después haz la tapa del arca —el lugar de la expiación— de oro puro. Tendrá que medir un metro con quince centímetros de largo, por sesenta y nueve centímetros de ancho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Le harás una cubierta, el 'Lugar del Perdón', de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y harás un propiciatorio° de oro puro: su longitud, de dos codos y medio, y su anchura, de codo y medio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Harás también un propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo y codo y medio de ancho.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de un codo y medio.

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Éxodo 25:17
12 Tagairtí Cros  

David procedió luego a entregar a Salomón los planos del templo y sus dependencias: las tesorerías, los aposentos altos, las salas interiores y el santuario para el propiciatorio.


Harás también dos querubines de oro, trabajados a martillo, y los colocarás a los dos extremos de la cubierta del cofre.


Sobre el cofre, que estará en el Lugar Santísimo, pondrás el propiciatorio, es decir, la cubierta de oro del cofre.


Luego hizo una cubierta de oro puro, que llamó propiciatorio. Tenía un metro con diez centímetros de largo, y setenta centímetros de ancho.


Dentro del cofre colocó las piedras que contenían los Diez Mandamientos, colocó las varas para transportar el cofre, y le puso la cubierta, llamada propiciatorio.


Te designé como el querubín, un ser celestial de gran dignidad, protector, personaje de gran alcurnia. Tenías acceso al santo monte de Dios. Caminabas en medio de las piedras de fuego, ningún lugar estaba restringido para ti.


Dios ofreció a Jesucristo como sacrificio por nuestros pecados. Cuando creemos esto, Dios nos perdona todos nuestros pecados pasados, pues nos tiene paciencia. De esa manera da a conocer su justicia y muestra que él es justo y que nos hace justos por tener fe en Cristo Jesús.


Acerquémonos, pues, confiadamente al trono del Dios de amor, para encontrar allí misericordia y gracia en el momento en que las necesitemos.


Encima del cofre estaban los querubines de la gloria, que cubrían con su sombra la tapa del cofre. Pero ahora no es necesario hablar de eso con detalles.


Él es el sacrificio que fue ofrecido por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.