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Éxodo 19:9 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

El Señor le dijo, a Moisés: ―Yo voy a presentarme delante de ti en forma de una nube oscura, de modo que el pueblo mismo pueda oírme cuando hable contigo, y así siempre te creerán.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Luego el Señor le dijo a Moisés: «Yo me presentaré ante ti en una densa nube, para que el pueblo pueda oírme cuando hable contigo; así ellos siempre confiarán en ti». Moisés le dijo al Señor lo que el pueblo había dicho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Yavé dijo a Moisés: 'Yo vendré a ti en medio de una espesa nube para que el pueblo oiga cuando yo hable contigo y tenga fe en ti también para siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y YHVH dijo a Moisés: He aquí Yo vengo a ti en el espesor de la nube, para que el pueblo oiga cuando Yo hable contigo, y también crean en ti siempre. Y Moisés declaró a YHVH las palabras del pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Yahveh dijo a Moisés: 'Mira, yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga cuando yo hable contigo, y tenga siempre fe en ti'. Y Moisés refirió a Yahveh las palabras del pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.

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Éxodo 19:9
25 Tagairtí Cros  

Entonces el rey Salomón oró diciendo: «Señor, tú dijiste que vivirías en la oscuridad más densa; pero, Señor, yo te he edificado esta hermosa casa, para que vivas en ella para siempre».


A la mañana siguiente, bien de madrugada, salieron hacia el desierto de Terna. En el camino, Josafat se detuvo y dijo: «Pueblo de Judá y de Jerusalén, escuchen: ¡Crean en el Señor, el Dios de ustedes, y tendrán éxito! ¡Crean a sus profetas, y les irá bien!».


Entonces Salomón exclamó: «Señor, tú dijiste que vivirías en una nube oscura;


Rodeado está de nubes y tinieblas. Rectitud y justicia son el fundamento de su trono.


Les habló desde la columna de nube y ellos siguieron las leyes y mandamientos que él les dio.


Cuando los israelitas vieron el gran milagro que el Señor había hecho por ellos contra los egipcios, temieron al Señor, y creyeron en él y en su siervo Moisés.


En la mañana del tercer día hubo una terrible tormenta de relámpagos y truenos. Una densa nube descendió sobre el monte, y hubo un largo toque de trompeta, y todo el pueblo tembló.


Mientras el pueblo permanecía a una distancia prudente, Moisés volvió a entrar en la nube donde estaba Dios.


El Señor descendió en la forma de una columna de nube y estuvo allí con él, y pasó delante de él y anunció el significado de su nombre: ―Yo soy el Señor, Dios de misericordia y de gracia —dijo—. Soy lento para la ira y grande en misericordia y verdad.


Los ancianos creyeron que el Señor los había enviado. Y cuando supieron que el Señor los había visitado, que había visto sus sufrimientos y había decidido rescatarlos, se regocijaron, se arrodillaron y lo adoraron.


―Haz eso y te creerán —le dijo el Señor—, pues comprenderán que me has visto a mí, que soy el Señor Dios de sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


Este es el mensaje de Dios respecto a Egipto: ¡Miren! ¡Cabalgando en veloz nube el Señor viene contra Egipto! ¡Los ídolos de Egipto tiemblan, los corazones de los egipcios se derriten de miedo!


Samaria es la capital de Efraín solamente, y el poder del rey Pecaj no aumentará. ¿No me creen? Si quieren mi protección, tienen que aprender a creer lo que digo.


De inmediato el Señor descendió en la nube y se situó a la entrada del santuario, y les ordenó a Miriam y Aarón que se acercaran. Y ellos lo hicieron.


Pero mientras hablaba, una nube resplandeciente los cubrió y una voz dijo desde la nube: «Este es mi Hijo amado; en él me complazco. Obedézcanlo».


En eso, una nube los cubrió. Desde la nube resonó una voz que les dijo: «Este es mi Hijo amado. Óiganlo a él».


»El que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí. Y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió».


Cuéntenles especialmente acerca del día en que estuvieron delante del Señor en el monte Horeb, y él me dijo: “Reúne al pueblo delante de mí, y yo les enseñaré, para que aprendan a obedecerme y también para que les enseñen estas leyes a sus hijos”.


Dios les permitió oír su voz dando órdenes desde el cielo, y les dejó ver la gran columna de fuego sobre la tierra; y oyeron sus palabras desde el centro del fuego.


¡Miren! ¡Viene en las nubes, ante los ojos de la humanidad entera, y hasta los que lo traspasaron lo verán! Y las naciones de la tierra llorarán de pesar por él. ¡Amén! ¡Que así sea!