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Éxodo 10:28 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

―¡Sal de aquí y no vuelvas a venir a mi presencia! ¡El día que lo hagas, morirás! —le gritó el faraón a Moisés.

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Biblia Reina Valera 1960

Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

—¡Lárgate de aquí! —le gritó el faraón a Moisés—. Te advierto: ¡jamás regreses a verme! El día que me veas la cara, ¡morirás!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Faraón dijo a Moisés: 'Retírate de mi presencia y ya no vuelvas; si te presentas otra vez, será para morir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y Faraón le dijo: ¡Retírate de mí! ¡Guárdate de no volver a ver mi rostro, porque el día que veas mi rostro, morirás!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Dijo el Faraón a Moisés: 'Sal de mi presencia y guárdate de volver a ver mi rostro, pues el día que vuelvas a aparecer ante mí, morirás'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y le dijo Faraón: Retírate de mí: guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás.

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Éxodo 10:28
6 Tagairtí Cros  

Asá estaba tan enojado con el vidente por haberle dicho esto, que lo mandó a la cárcel. Al mismo tiempo trató con crueldad a varias personas de la ciudad.


―¿Desde cuándo he pedido tu consejo? —lo interrumpió el rey—. ¡Cállate, si no quieres que te haga matar! El profeta se fue, pero antes le dijo lo siguiente: ―Sé que el Señor ha decidido destruirte, porque has adorado a esos ídolos y no has aceptado mi consejo.


¡Jamás accederé a esto! Si quieren ir a adorar al Señor, entonces vayan solamente ustedes los hombres. Luego echaron de la presencia del faraón a Moisés y a Aarón.


y Eliezer, que significa ayuda, porque Moisés había dicho cuando nació: «El Dios de mi padre fue quien me ayudó, y me libró de la espada del faraón».


¡No nos molestes aquí con tus visiones! Aquí en Betel está el principal templo del reino, y es donde el rey viene a adorar. ¡Así que no prediques más en esta ciudad!


Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo al enojo del faraón. Y se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible.