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Esdras 9:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Después de esto, los jefes de los judíos vinieron a mí para decirme que muchos judíos, aun algunos sacerdotes y levitas, se habían mezclado con los pueblos vecinos y habían adquirido las horribles costumbres de los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Reina Valera 1960

Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Una vez realizadas estas cosas, los líderes judíos vinieron a verme y dijeron: «Muchos del pueblo de Israel e incluso algunos sacerdotes y levitas no se han mantenido separados de los otros pueblos que viven en esta tierra. Han adoptado las prácticas detestables de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Después de eso, se me acercaron los jefes, diciéndome: 'El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de todos esos pueblos cananeos, hititas, pereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios o amorreos, cuyas prácticas son abominables.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Al completarse estas cosas, se aproximaron a mí los príncipes, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de la tierra, y han hecho conforme a sus abominaciones, esto es, de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Acabadas estas cosas, se acercaron a mí los jefes para decirme: 'Ni el pueblo de Israel, ni los sacerdotes, ni los levitas, se han mantenido apartados de los habitantes del país -cananeos, hititas, perizeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos- que tienen costumbres abominables,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y los levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, y moabitas, egipcios y amorreos, y hacen conforme a sus abominaciones.

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Esdras 9:1
37 Tagairtí Cros  

Después de cuatro generaciones, tus descendientes regresarán a esta tierra. En ese momento será tanta la maldad de los amorreos que viven aquí, que tendré que castigarlos.


El rey Salomón, además de la princesa egipcia, tuvo muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas.


Pero su reinado fue malo, porque fomentó la adoración a los ídolos paganos entre el pueblo, los ídolos de las naciones que el Señor destruyó cuando su pueblo entró en la tierra.


Inició la práctica, que aún continúa, de tomar esclavos de entre los hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos, descendientes de las naciones que los israelitas no habían podido exterminar por completo.


Entonces Secanías hijo de Jehiel, de la familia de Elam, se acercó a Esdras y le dijo: «Reconocemos que hemos pecado contra nuestro Dios, porque nos hemos casado con mujeres extranjeras, es decir, que no guardan nuestra fe. Pero aún, a pesar de esto, hay esperanza para Israel.


Por aquellos días me di cuenta también de que algunos de los judíos se habían casado con mujeres de Asdod, de Amón y de Moab,


Tobías el amonita, que estaba junto a él, agregó: ―¡Valiente construcción! ¡Si un zorro camina sobre el muro, lo derrumba!


Pero cuando Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los asdodeos oyeron que la obra estaba avanzando y que las brechas de la muralla estaban siendo reparadas, se enfurecieron.


se separaron de todos los extranjeros. Y puestos de pie confesaron sus pecados y los de sus antepasados.


sino que se mezclaron con los paganos y aprendieron sus malas costumbres,


Y mi ángel irá delante de ustedes y los conducirá a la tierra de los amorreos, de los ferezeos, de los hititas, de los cananeos, de los heveos y de los jebuseos, para que vivan en ella. Yo destruiré estos pueblos delante de ustedes.


Si no vas con nosotros, ¿quién sabrá que mi pueblo y yo contamos con tu ayuda, y que somos diferentes a los demás pueblos que habitan la tierra?


¡Salgan, salgan pronto! ¡Dejen sus cadenas de esclavitud! ¡No toquen nada de la inmundicia de Babilonia! Ustedes, los que traen de regreso los utensilios del templo, ¡Purifíquense y no toquen nada impuro!


Cuando los altos dignatarios de Judá oyeron lo que ocurría, acudieron aprisa desde el palacio y se sentaron a la entrada principal del templo para entablar un juicio.


Los dignatarios y el pueblo dijeron al sacerdote y a los falsos profetas: ―Este hombre no es digno de muerte, pues nos ha hablado en nombre del Señor nuestro Dios.


Por lo tanto, no se comporten como los paganos, como el pueblo de Egipto donde vivieron tanto tiempo, ni como los cananeos a cuya tierra los conduzco.


En Judá, en Israel y en Jerusalén hay traición, porque los hombres de Judá han contaminado el santo templo del Señor que él tanto ama, al haberse ellos casado con mujeres paganas que adoran ídolos.


Los he visto desde las altas cumbres, los he observado desde las colinas. Viven solos, y prefieren ser distintos a cualquiera otra nación.


Uno de los israelitas insolentemente introdujo a una madianita en el campamento ante la vista de Moisés, mientras este y todo el pueblo lloraban a la puerta del santuario.


»Cuando hayas entrado en la tierra que el Señor tu Dios te da, tendrás especial cuidado de no dejarte llevar por las costumbres corrompidas de las naciones que ahora viven allí.


Los nietos de los egipcios que vinieron contigo desde Egipto pueden entrar en la asamblea del Señor.


»Cuando el Señor te haya introducido en la Tierra prometida, como pronto lo hará, destruirá a las siguientes naciones, siete en total, todas naciones numerosas y más poderosas que tú: Los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos.


Si no lo hacen, y comienzan a contraer matrimonio con personas de las naciones que los rodean,