Cuando Rejún, Simsay y sus compañeros leyeron esta carta del rey Artajerjes fueron a Jerusalén y obligaron a los judíos a detener la construcción.
Esdras 6:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por eso, el gobernador Tatenay, Setar Bosnay y sus compañeros cumplieron inmediatamente el mandato del rey Darío. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, hicieron puntualmente según el rey Darío había ordenado. Biblia Nueva Traducción Viviente Tatnai, gobernador de la provincia situada al occidente del río Éufrates, y Setar-boznai junto con sus colegas acataron enseguida el mandato del rey Darío. Biblia Católica (Latinoamericana) Tatenay, gobernador de la provincia de más allá del Eufrates, Setar-Boznay y sus colegas hicieron exactamente lo que el rey Darío había ordenado. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces Tatnai, gobernador de Más Allá del Río, Setar-boznai y sus compañeros, hicieron puntualmente según el rey Darío había ordenado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tatenay, gobernador de la Transeufratina, Setar Boznay y sus colegas cumplieron puntualmente la orden dada por el rey Darío. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Tatnai, gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros, hicieron prestamente según el rey Darío había enviado. |
Cuando Rejún, Simsay y sus compañeros leyeron esta carta del rey Artajerjes fueron a Jerusalén y obligaron a los judíos a detener la construcción.
Entonces Tatenay, gobernador de la región al occidente del Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, fueron a Jerusalén y preguntaron: «¿Quién les dio permiso para reedificar este templo y restaurar las murallas?».
De modo que Tatenay, gobernador de la región al occidente del Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, y los demás funcionarios enviaron la siguiente carta al rey Darío:
Entonces el rey Darío envió este mensaje al gobernador Tatenay, a Setar Bosnay y a los demás funcionarios de la región occidental del Éufrates: Salgan de Jerusalén
Amán tomó las vestiduras, se las puso a Mardoqueo, lo hizo montar en el caballo del rey, y lo condujo por las calles gritando: «¡De esta manera el rey honra a los que le agradan!».
Muchos buscan el favor del gobernante, pero la justicia viene del Señor.
Tras el mandato del rey hay gran poder, y nadie puede oponérsele u objetarlo.