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Esdras 4:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero nosotros queremos que usted sepa que si esta ciudad es reconstruida, la tesorería real saldrá perjudicada, porque se negarán a pagar los impuestos.

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Biblia Reina Valera 1960

Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

El rey también debería saber que, si esa ciudad se reconstruye y se completan sus murallas, su reino se verá perjudicado, porque los judíos se negarán a pagar los tributos, los derechos aduaneros y los peajes correspondientes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Pero ha de saber el rey que si llegan a reconstruir la ciudad y levantan nuevamente sus murallas, no pagarán más tributos, impuestos ni peajes, y por último los reyes saldrán perdiendo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Sepa ahora el rey que si esta ciudad es reedificada, y los muros terminados, no han de pagar tributo, impuesto o contribución alguna, con lo que se perjudicará el ingreso de los reyes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Sepa el rey que, si éstos reconstruyen la ciudad y restauran sus murallas, no pagarán ya más tributos, impuestos ni gabelas, y en definitiva, serán los reyes los perjudicados.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren establecidos, ellos no pagarán tributo, ni impuesto, ni rentas, y el catastro de los reyes será menoscabado.

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Esdras 4:13
9 Tagairtí Cros  

Su Majestad, nosotros hemos decidido informarle de esto, porque estamos muy agradecidos con usted, y no queremos que se le deshonre de ninguna manera.


He descubierto, además, que hubo en Jerusalén grandes reyes que dominaban todo el territorio de ese lado del río Éufrates y a quienes se le pagaba tributos, impuestos y rentas.


Decreto asimismo que los sacerdotes, levitas, miembros del coro, porteros, y servidores del templo quedan exentos de todo tipo de impuestos.


Los orgullosos han inventado calumnias en mi contra, pero lo cierto es que yo obedezco tus mandamientos de todo corazón.


Todo el día tramas destrucción. Tu lengua como navaja afilada, es experta en decir mentiras.


―¡Claro que los paga! —les respondió Pedro—, e inmediatamente entró a la casa a hablarle a Jesús sobre el asunto. No había pronunciado todavía la primera palabra, cuando Jesús le preguntó: —¿A quién crees tú, Pedro, que cobran tributos los reyes de la tierra? ¿A sus súbditos o a los extranjeros?


Al salir del lugar, Jesús vio a Mateo, un cobrador de impuestos que estaba sentado junto a la mesa donde se pagaban los tributos. «Sígueme», le dijo Jesús. Mateo se levantó y se fue con él.