para que ofrecieran diariamente, sobre el altar, los sacrificios de la mañana y de la tarde, tal como el Señor había ordenado a Israel.
Esdras 3:3 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 El altar fue reedificado en su antiguo sitio, a pesar del miedo que tenían de la gente de los pueblos vecinos, y ofrecieron sacrificios al Señor, por la mañana y por la tarde. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y colocaron el altar sobre su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la mañana y por la tarde. Biblia Nueva Traducción Viviente A pesar de que tenían miedo de los lugareños, reconstruyeron el altar en su sitio original. Luego, cada mañana y cada tarde, comenzaron a sacrificar ofrendas quemadas al Señor sobre el altar. Biblia Católica (Latinoamericana) A pesar del miedo a los paganos, se reconstruyó el altar en el mismo lugar y se ofrecieron en él holocaustos en honor de Yavé: el holocausto de la mañana y el de la tarde. La Biblia Textual 3a Edicion Así, aunque estaban con temor de las poblaciones del país, erigieron el altar sobre su base e hicieron subir sobre él holocaustos a YHVH: holocaustos por la mañana y por la tarde. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Erigieron el altar sobre sus cimientos, a pesar del temor que les inspiraban los habitantes del país, y ofrecieron en él holocaustos a Yahveh, los holocaustos de la mañana y de la tarde. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y asentaron el altar sobre sus bases, aunque tenían miedo de los pueblos de las tierras; y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos a la mañana y a la tarde. |
para que ofrecieran diariamente, sobre el altar, los sacrificios de la mañana y de la tarde, tal como el Señor había ordenado a Israel.
Salomón también hizo un altar de bronce de nueve metros de largo, por nueve de ancho y cuatro metros y medio de alto.
Entonces los habitantes de aquellos lugares trataron de desalentar y amedrentar a los judíos, para que no continuaran con el trabajo de reconstrucción. Hasta se atrevieron a pagarles a algunos de los consejeros, para que convencieran a la gente de que no siguieran trabajando. Esto ocurrió durante todo el reinado de Ciro, y hasta el de Darío, quienes fueron reyes de Persia.
Que el rey dio órdenes de devolver los utensilios a Jerusalén, y dejar que el templo de Dios fuera reconstruido en su sitio.