Nabuzaradán se llevó a Babilonia a toda la gente que quedaba en Jerusalén, junto con los que se habían unido al rey de Babilonia. Todos fueron llevados cautivos a Babilonia.
Esdras 2:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Esta es la lista de los cautivos judíos que regresaron a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá. Todos ellos eran hijos de los judíos que fueron llevados cautivos a Babilonia por el rey Nabucodonosor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Estos son los hijos de la provincia que subieron del cautiverio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad; Biblia Nueva Traducción Viviente Esta es la lista de los desterrados judíos de las provincias que regresaron de su cautiverio. El rey Nabucodonosor los había desterrado a Babilonia, pero ahora regresaron a Jerusalén y a las otras ciudades de Judá donde vivían originalmente. Biblia Católica (Latinoamericana) Estas son las personas de la provincia de Judá que regresaron del cautiverio; había sido deportados a Babilonia por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Regresaron a Jerusalén y a Judá cada cual a su ciudad. La Biblia Textual 3a Edicion Y estos son los hijos de la provincia° que subieron de la cautividad, los deportados que Nabucodonosor rey de Babilonia había deportado a Babilonia, y que regresaron a Jerusalem y a Judá, cada uno a su ciudad. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Éstos fueron los pertenecientes a la provincia que volvieron del cautiverio -los que habían sido deportados a Babilonia por Nabucodonosor, rey de Babilonia- y regresaron a Jerusalén y a Judá, cada cual a su ciudad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de los desterrados que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad; |
Nabuzaradán se llevó a Babilonia a toda la gente que quedaba en Jerusalén, junto con los que se habían unido al rey de Babilonia. Todos fueron llevados cautivos a Babilonia.
El árbol genealógico al cual pertenecía cada israelita, está registrado cuidadosamente en el libro de los reyes de Israel. Los habitantes de Judá, debido a su infidelidad a Dios, fueron llevados cautivos a Babilonia.
Los primeros en regresar y establecer otra vez su hogar en los pueblos en que antes vivían, fueron familias de las tribus de Israel, como también los sacerdotes, los levitas, y los ayudantes del templo.
En total fueron cinco mil cuatrocientos sesenta y nueve los utensilios de oro y plata que fueron entregados a Sesbasar, para que los llevara a Jerusalén.
Regresaron bajo la dirección de Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Relaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún y Baná. Esta es la lista de los clanes que regresaron:
Los sacerdotes, los levitas, y una parte del pueblo se establecieron en Jerusalén y en los pueblos vecinos. Los cantores, los porteros, los servidores del templo, y el resto del pueblo regresaron a las demás ciudades de Judá, de donde procedían.
Queremos informarle que fuimos al templo del gran Dios, y descubrimos que está siendo reconstruido con grandes piedras. Además vimos que se están colocando maderas en las murallas de la ciudad. La obra está avanzando con gran rapidez y éxito.
Y se halló en el palacio de Ecbatana, en la provincia de Media, un rollo en el cual estaba escrito lo siguiente:
Luego, cada uno de los que integraban nuestro grupo ofreció holocausto al Dios de Israel: doce becerros por la nación de Israel; noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, y doce chivos, como ofrenda por el pecado.
Esta es la lista de los sacerdotes y levitas que regresaron de Babilonia bajo la dirección de Zorobabel hijo de Salatiel, y con Jesúa:
Era el tercer año del reinado del rey Asuero, emperador del extenso imperio medo-persa, que estaba formado por ciento veintisiete provincias y se extendía desde la India hasta Etiopía.
que fueran por la reina Vasti y la llevaran hasta donde él estaba. La reina debía presentarse luciendo la corona real en su cabeza, pues el rey quería que todos contemplaran su belleza, pues en realidad era una mujer muy hermosa.
Los invitados podían beber cuanto quisieran, ya que el rey había ordenado a sus sirvientes servir a cada uno todo el vino que deseara. Sin embargo, ninguno debía ser obligado a tomar más de lo que deseara.
Inmediatamente fueron convocados los secretarios del rey. Era el día veintitrés del mes tercero, es decir, del mes de Siván. Los secretarios escribieron el edicto que Mardoqueo les dictó, para ser enviado a los judíos, a los oficiales, a los gobernadores y príncipes de las ciento veintisiete provincias, desde la India hasta Etiopía. El edicto fue traducido a los idiomas y dialectos de todos los pueblos del reino. Mardoqueo lo escribió en nombre del rey Asuero, lo selló con el anillo del rey y envió las cartas por medio de mensajeros del rey, que montaban los caballos más veloces que el rey tenía.
¡Líbrense de su cautiverio! ¡Salgan de Babilonia, cantando en el camino! ¡Grítenle a los extremos de la tierra que el Señor ha redimido a sus siervos los israelitas!
Y traeré a Israel de regreso a su patria, para que coma en los campos del Carmelo y Basán, y vuelva a ser feliz en el monte de Efraín y en el de Galaad.
Han expulsado a Judá de su propio territorio y la han sometido a trabajos forzados y dolorosos. Sus enemigos la alcanzaron y la llenaron angustia.
Sus enemigos dominan sobre Jerusalén, y están alegres por el dolor de la ciudad. ¡Y todo es porque el Señor ha castigado a Jerusalén por la cantidad de los delitos que ha cometido! ¡Hasta se han llevado a sus niños cautivos a tierras lejanas!
¡Tu castigo ha terminado, Jerusalén, pronto terminará tu condición de esclava en tierra lejana! ¡Pero para ti, Edom, el castigo apenas empieza! ¡Pronto quedarán al descubierto todas tus maldades!
Allí será reubicado el pequeño grupo de sobrevivientes de Judá. Reposarán en las casas abandonadas de Ascalón. Y es que el Señor Dios visitará a su pueblo con su misericordia y nuevamente restaurará su prosperidad.
Félix leyó la carta y le preguntó a Pablo de qué provincia era. Cuando se enteró que era de Cilicia,