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Efesios 4:29 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Nunca empleen un lenguaje sucio; más bien digan palabras que les hagan bien a los que las oyen y los ayuden a madurar.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No salga de sus bocas ni una palabra mala, sino la palabra que hacía falta y que deja algo a los oyentes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Ninguna palabra dañina salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación,° que comunique gracia a los oyentes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Que no salga de vuestra boca ni una sola palabra torpe, sino sólo la que sea buena para la edificación,según la necesidad, y sea beneficiosa para quienes la oyen.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca; sino la que sea buena y sirva para edificación, para que dé gracia a los oyentes.

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Efesios 4:29
41 Tagairtí Cros  

Eres entre todos el más apuesto; tus labios son fuente de elocuencia, ya que Dios te ha bendecido para siempre.


Porque en la boca de ellos no hay ni una palabra de verdad. Su deseo más profundo es destruir a otros. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua hablan engaños.


Todo el día tramas destrucción. Tu lengua como navaja afilada, es experta en decir mentiras.


Todo el día contaré de tus obras de justicia, pues cuantos procuraron dañarme han sido humillados y deshonrados.


Los malvados quedan atrapados en sus propias palabras mentirosas, pero el justo se libra de ese aprieto.


Qué grato es dar la respuesta adecuada, y todavía más grato cuando es oportuna.


Los labios del sabio esparcen sabiduría; el corazón del necio no la conoce.


Al sabio de corazón, se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber.


Es agradable oír las palabras sabias; pero los labios del necio lo llevan a la ruina. Puesto que su premisa es necia; su conclusión es locura.


El Señor Dios me ha dado sus palabras de sabiduría para que yo sepa qué debo decirles a todos estos fatigados. Cada mañana me despierta y abre mi entendimiento a su voluntad.


¡Así dejen ustedes brillar su luz ante toda la gente! ¡Que las buenas obras que ustedes realicen brillen de tal manera que la gente adore al Padre celestial!


Todos se expresaban bien de él y estaban admirados por las hermosas palabras que él hablaba. Estaban intrigados y se preguntaban: ―¿No es este el hijo de José?


Al oír esto, los dos discípulos siguieron a Jesús.


Por tanto, hagamos todo lo que sea posible para contribuir a la armonía en la iglesia y a la edificación mutua.


Cada uno debe agradar a su prójimo, y hacer cuanto contribuya al bien y a la edificación de su fe.


Sin embargo, cuando adoro en público prefiero hablar cinco palabras que la gente pueda entender, y que puedan instruirle, que diez mil palabras en lengua desconocida.


Su propósito es que su pueblo esté perfectamente capacitado para servir a los demás, y para ayudar al cuerpo de Cristo a crecer.


Por lo que él hace, cada una de las partes del cuerpo, según el don recibido, ayuda a las demás para que el cuerpo entero y unido crezca y se nutra de amor.


Hablen siempre con buen gusto y de forma amena. Así podrán contestar siempre las preguntas que les hagan.


Así que anímense y ayúdense unos a otros a crecer, como ya lo están haciendo.


Vivan entre los que no son creyentes de una manera ejemplar, para que aunque hablen mal de ustedes acusándolos de ser malvados, ellos vean las cosas buenas que ustedes hacen y alaben a Dios en el día en que él les pida cuentas a todos.


Así mismo, esposas, obedezcan a sus esposos, para que al obedecerlos, si alguno de ellos no cree en la palabra pueda convencerlo el comportamiento de ustedes más que sus palabras,


Pronuncian discursos arrogantes y huecos; apelan a los deseos de la naturaleza humana y seducen a los que acaban de apartarse de semejante vida de corrupción.