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Efesios 3:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Por eso les suplico que no se desanimen a causa de mis sufrimientos. Por ustedes sufro, y eso debe hacerlos sentirse honrados.

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Biblia Reina Valera 1960

por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Por eso les ruego que no se desanimen a causa de mis pruebas en este lugar. Mi sufrimiento es por ustedes, así que deberían sentirse honrados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Por eso, yo les ruego que no se desanimen al ver las pruebas que soporto por ustedes. Más bien han de sentirse orgullosos de ellas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Por tanto, pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, que son° vuestra gloria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Así que os ruego que no perdáis el ánimo a causa de mis tribulaciones por vosotros; que éstas son vuestra gloria.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.

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Efesios 3:13
14 Tagairtí Cros  

En aquel día le dirán a Jerusalén: «¡Alégrate, no tengas miedo, y ten mucho ánimo!


donde fortalecieron a los discípulos y los animaron a seguir firmes en la fe. Les decían que era necesario que entraran al reino de Dios después de pasar por muchas tribulaciones.


Si sufrimos es para que ustedes tengan consuelo y obtengan la salvación. Y si Dios nos ha consolado es para bien de ustedes, para que reciban el consuelo que les ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que padecemos nosotros.


Dios, en su misericordia, es el que nos permite servirle, y por eso no nos damos nunca por vencidos.


Así que no nos cansemos de hacer el bien, porque si lo hacemos sin desmayar, a su debido tiempo recogeremos la cosecha.


Por esta razón yo, Pablo, que estoy en la cárcel por la causa de Cristo Jesús, es decir, por buscar el bien de ustedes los que no son judíos, me arrodillo en oración.


“Oye, Israel, ahora que sales a la batalla no tengas miedo.


Ustedes también alégrense y compartan conmigo su alegría.


Es cierto que estoy sufriendo por ustedes, pero me alegro. Así ayudo a completar lo que falta de los sufrimientos de Cristo por ese cuerpo suyo que es la iglesia.


Hermanos, nunca se cansen de hacer el bien.