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Daniel 9:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Oré al Señor mi Dios y le hice esta confesión: »“Oh Señor, tú eres un Dios grande y maravilloso; tú siempre cumples tus promesas de misericordia hacia aquellos que te aman y viven según tus instrucciones.

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Biblia Reina Valera 1960

Y oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Oré al Señor mi Dios y le confesé: «¡Oh Señor, tú eres un Dios grande y temible! Siempre cumples tu pacto y tus promesas de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Le supliqué a Yavé, mi Dios y le hice esta confesión: '¡Ah, mi Señor, Dios grande y temible que conservas la alianza y tu misericordia con los que te aman y observan tus mandamientos!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y oré a YHVH mi Dios e hice confesión diciendo: ¡Oh Adonay! Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Oré a Yahveh, mi Dios, e hice mi confesión: '¡Ah, Señor, el Dios grande y terrible que guarda la alianza y la misericordia con los que le aman y cumplen sus mandamientos!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y oré a Jehová mi Dios, y confesé, y dije: Oh Señor, Dios grande y digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;

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Daniel 9:4
30 Tagairtí Cros  

si mi pueblo se humilla, y ora, y busca mi rostro, y se arrepiente de sus caminos malvados, los oiré desde el cielo y perdonaré sus pecados y restauraré el país.


Mientras Esdras oraba, lloraba y confesaba el pecado del pueblo, de rodillas delante del templo de Dios, una gran multitud de hombres, mujeres y niños llegó y se puso a llorar amargamente, junto a él.


«Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible, que cumples las promesas y que amas y tienes misericordia de los que te aman y te obedecen, escucha mi oración.


»Y ahora, Dios grande y terrible, que guardas tus promesas de amor y bondad, no tengas en poco los sufrimientos por los que hemos pasado. Gran tribulación ha venido sobre nosotros, sobre nuestros reyes y príncipes, sobre nuestros sacerdotes y profetas, y sobre nuestros antepasados desde los días en que los reyes de Asiria triunfaron sobre nosotros hasta ahora.


Pero un día reconocí ante ti todos mis pecados y no traté de ocultarlos más. Dije para mí: «Se los voy a confesar al Señor». ¡Y tú me perdonaste! Toda mi culpa se esfumó.


Pero derramo mi amor sobre millares de generaciones de los que me aman y obedecen mis mandamientos.


Basta con que reconozcas tu culpa, reconoce que te rebelaste contra el Señor tu Dios y cometiste adulterio contra él, adorando ídolos debajo de cada árbol; confiesa que te negaste a seguir mis instrucciones, dice el Señor.


Vinieron nuestros antepasados, la conquistaron y vivieron en ella, pero se negaron a obedecerte y a cumplir tus instrucciones. No han hecho casi ninguna de las cosas que les ordenaste, por eso les has enviado este espantoso mal.


Pero aunque Daniel lo supo, se fue a su hogar y se arrodilló como de costumbre en su dormitorio en la planta alta, con sus ventanas abiertas hacia Jerusalén, y oró tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.


Así que rogué a Dios el Señor. Oré, ayuné y me vestí con ropas ásperas, sentándome en ceniza.


que sería misericordioso con nuestros padres al acordarse de su santo pacto.


Además, sabemos que si amamos a Dios, él hace que todo lo que nos suceda sea para nuestro bien. Él nos ha llamado de acuerdo con su propósito.


Como resultado de tu obediencia a los mandamientos, el Señor tu Dios mantendrá la parte del pacto que bajo juramento y con tierno amor hizo con tus antepasados.


»No tengas miedo de esas naciones porque el Señor tu Dios está contigo y es un Dios poderoso y terrible.


»Entiende, pues, que el Señor tu Dios es el único Dios fiel, que por mil generaciones es fiel a su alianza y muestra su lealtad a los que le aman y obedecen sus mandamientos.


Dichoso el que permanece firme durante la prueba, porque cuando la supera, recibe la corona de la vida que Dios ha prometido a los que lo aman.


Escuchen, hermanos queridos: Dios ha escogido a los que son pobres según el mundo, para que sean ricos en fe y reciban como herencia el reino que él prometió a quienes lo aman.