Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró: ―El Señor promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.
Daniel 8:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »El carnero atacaba todo lo que se le ponía al frente en su camino hacia el oeste, el norte y el sur, y nadie podía enfrentarlo o siquiera ayudar a sus víctimas. Hacía lo que quería, y cada vez se volvía más poderoso. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. Biblia Nueva Traducción Viviente El carnero embestía todo lo que encontraba a su paso hacia el occidente, el norte y el sur. Nadie podía hacerle frente ni ayudar a sus víctimas. El carnero hacía lo que quería y se hizo muy poderoso. Biblia Católica (Latinoamericana) Vi al carnero que daba cornadas al oeste, al norte y al sur; ningún animal podía resistirle ni nada podía escapársele. Hacía lo que quería y se volvió poderoso. La Biblia Textual 3a Edicion Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía estar en pie delante de él, ni había quien escapara de su poder, y hacía conforme a su voluntad y se engrandecía. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vi que el carnero daba cornadas al oeste, al norte y al sur. Ningún animal podía resistirle y nadie podía librarse de su poder. Actuaba a su capricho y así se hizo grande. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía mantenerse de pie delante de él, ni había quien librara de su mano; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía. |
Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró: ―El Señor promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.
Porque sólo por tu poder y mediante tu nombre pisoteamos a nuestros enemigos y los hacemos retroceder.
Arrepiéntanse todos los que se han olvidado de Dios, antes que los despedace y nadie pueda ayudarlos.
No dejes que me devoren como leones, que me despedacen y me arrastren sin nadie que me libre.
Pues estos carneros empujan y acornean mi rebaño enfermo y hambriento hasta que están desparramados y alejados.
El rey del norte hará lo que se le antoje, pues nadie podrá hacerle frente, y se quedará en la tierra privilegiada de Israel, destruyendo todo.
»”El rey del norte hará lo que se le antoje. Estará tan orgulloso de sí mismo, que se creerá superior a todos los dioses, y dirá cosas horribles contra el Dios de dioses. Y tendrá éxito hasta que la cólera de Dios lo alcance, porque lo que debe pasar pasará.
Le dio tal poder que la gente de todos los pueblos, lenguas y naciones del mundo temblaban ante él y le temían. Él mataba o dejaba vivir a quien él quería. A unos los ponía en alto con honor y a otros los humillaba.
La segunda bestia se parecía a un oso, tenía un costado más alzado que el otro. Tenía tres costillas entre sus dientes, y oí una voz que le decía: “¡Ponte en acción! ¡Devora mucha gente!”.
y le rompió sus dos cuernos, sin que el carnero pudiera hacer nada para defenderse. Después el chivo derribó al carnero y lo pisoteó, sin que nadie pudiera salvarlo.
Pero esa pequeña nación de Israel será también, en medio de tantos pueblos, tan poderosa y temible como un león entre muchos animales indefensos; o como un león entre un rebaño de ovejas, que al pasar las agarra y devora, sin que nadie las pueda librar de sus garras.
Es como un toro joven con toda su fortaleza y esplendor, con los cuernos fuertes de un búfalo para pelear contra las naciones de la tierra. Esta es mi bendición para las multitudes de Efraín y para los millares de Manasés».