Al anochecer, Abram se quedó profundamente dormido, y se sintió rodeado de una oscuridad aterradora.
Daniel 8:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 »Mientras él hablaba me desmayé, tirado boca abajo en el suelo. Pero él me despertó con un toque suyo, y me ayudó a ponerme de pie. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Biblia Nueva Traducción Viviente Mientras él hablaba, me desmayé y quedé tendido con el rostro contra el suelo, pero Gabriel con un toque me despertó y me ayudó a ponerme de pie. Biblia Católica (Latinoamericana) Mientras estaba postrado en tierra y me hablaba, perdí el conocimiento; me tocó y me levantó. La Biblia Textual 3a Edicion Mientras él hablaba conmigo, caí en un profundo adormecimiento con mi rostro en tierra, pero él me tocó y me hizo ponerme en pie. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mientras él hablaba conmigo, caí rostro en tierra desmayado. Él me tocó y me puso de pie en el lugar donde me hallaba. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. |
Al anochecer, Abram se quedó profundamente dormido, y se sintió rodeado de una oscuridad aterradora.
Luego, el que parecía un hombre, tocó mis labios y pude hablar de nuevo y le dije al que estaba frente a mí: “Señor, estoy atemorizado por la visión que he tenido y no tengo fuerzas.
»Luego el que parecía un hombre me tocó de nuevo y sentí que volvía a tener fuerza.
»Por eso Gabriel se dirigió hacia mí. Pero al acercarse, yo estaba demasiado asustado como para mantenerme en pie, y caí con mi rostro hacia el suelo. “Hombre, me dijo, debes comprender que lo que pasa en la visión se refiere al tiempo final”.
»Luego me debilité y estuve enfermo durante varios días. Después me levanté y reanudé mis actividades y cumplí con mis deberes hacia el rey. Pero estaba muy preocupado por el sueño y no lo comprendía del todo».
Entonces el ángel que había estado hablando conmigo me despertó, como si hubiera estado durmiendo,
Cuando terminó de orar, volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos, estaban agotados por la tristeza.
Pedro y sus compañeros se habían quedado dormidos, rendidos por el cansancio. Pero cuando se despertaron, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.
Y ahora me están juzgando por la esperanza que tengo en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados.
Al verlo, caí a sus pies como muerto; pero puso la mano derecha sobre mí y me dijo: «¡No temas! Soy el primero y el último,