Estas tremendas afirmaciones que han lanzado valen tanto como las cenizas; su defensa de Dios es tan frágil como vasija de barro.
Daniel 4:36 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Cuando recobré mi razón, también recobré mi honor, mi honra y mi reino. Mis consejeros y funcionarios vinieron a buscarme y me puse nuevamente al frente del gobierno de mi reino. Llegué a ser más poderoso que antes. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. Biblia Nueva Traducción Viviente »Cuando recobré la razón, también recuperé mi honra, mi gloria y mi reino. Mis asesores y nobles me buscaron y fui restituido como cabeza de mi reino, con mayor honra que antes. La Biblia Textual 3a Edicion En aquel mismo tiempo me fue devuelta mi razón y la majestad de mi reino, y mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis consejeros y mis grandes me buscaron, y fui restablecido en mi reino, y me fue añadida una preeminente grandeza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) En el mismo tiempo mi sentido me fue vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fui restituido a mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. |
Estas tremendas afirmaciones que han lanzado valen tanto como las cenizas; su defensa de Dios es tan frágil como vasija de barro.
La humildad y el respeto hacia el Señor llevan al hombre a la riqueza, a la honra y a una larga vida.
»En su sueño, Su Majestad vio una enorme y poderosa estatua de un hombre, de un brillo extraordinario y aspecto terrible.
ese árbol, Su Majestad, es usted. Pues ha crecido poderoso y alto; su grandeza llega al cielo y su reino hasta los fines de la tierra.
Serás separado de la gente para vivir con los animales en los campos, y para comer hierba como las vacas durante siete años hasta que finalmente te des cuenta que el Dios Altísimo gobierna sobre todos los reinos de la tierra y se los da a quien él quiere».
«Al cabo de los siete años yo, Nabucodonosor, alcé mi vista hacia el cielo, y recobré la razón, y elogié y rendí homenaje al Dios Altísimo y reconocí humildemente a Aquel que vive por todos los tiempos. Él gobernará para siempre, y su reino no tendrá fin.
Lo más importante es que primero busquen el reino de Dios y hagan lo que es justo. Así, Dios les proporcionará todo lo que necesiten.
Pues nuestros pequeños y pasajeros sufrimientos producen una gloria eterna más grande y abundante.
»Por lo tanto, yo, el Señor Dios de Israel, declaro que aunque prometí que tu casa y la casa de tus antepasados llevarían el sacerdocio por siempre, no permitiré que se siga haciendo lo que tú haces. Honraré solamente a los que me honran, y despreciaré a los que me desprecian.