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Daniel 10:17 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

¿Cómo puede ser posible que yo, que soy tu servidor más humilde, tenga el privilegio de hablarte? Las fuerzas se me han ido y casi no puedo respirar”.

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Biblia Reina Valera 1960

¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

¿Cómo podría alguien como yo, tu siervo, hablar contigo, mi señor? Mis fuerzas se han ido y apenas puedo respirar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Soy sólo el servidor de mi señor, ¿cómo podré hablar a mi señor si estoy sin fuerzas y me falta el aliento?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me ha quedado aliento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¿Cómo podría, pues, este siervo de mi señor hablar a mi señor, si ya no tengo fuerza alguna y ni aun aliento me queda?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con este mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me ha quedado aliento.

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Daniel 10:17
11 Tagairtí Cros  

La estrategia de Jacob consistía en apaciguar a su hermano por medio de los presentes enviados antes de su encuentro. Jacob pensaba que quizá de esa manera Esaú dejaría de odiarlo, y cuando se encontraran lo recibiría muy bien.


Pero no podrás ver mi rostro, porque ningún hombre podrá verme y seguir viviendo.


y me dejaron solo. Cuando yo vi esta visión espantosa perdí mis fuerzas, me puse pálido y débil del susto.


Entonces Daniel, también llamado Beltsasar, estuvo sentado allí en silencio por largo tiempo, turbado por el significado del sueño. Finalmente el rey le dijo: ―Beltsasar, no te preocupes por el sueño y por su significado. Daniel respondió: ―¡Oh, cómo quisiera que lo que ocurre en este sueño le sucediera a sus enemigos, mi señor, y no a usted!


David mismo, hablando por el Espíritu Santo, dijo: “El Señor dijo a mi Señor: ‘Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’ ”.


A Dios nadie lo ha visto nunca; pero el Hijo único, que es Dios mismo y siempre está en unión con el Padre, nos ha enseñado cómo es, para que así lo podamos conocer.


Cuando Gedeón comprendió que realmente había sido el ángel del Señor gritó: ―¡Ay, Señor Dios, he visto a tu ángel cara a cara!