Antes que amanezca y huyan las sombras, ven a mí, amado mío, como una gacela o como un ciervo en los montes de especias.
Cantares 8:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ven pronto, amado mío, como gacela o cervatillo sobre las colinas cubiertas con yerbas aromáticas. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Apresúrate, amado mío, Y sé semejante al corzo, o al cervatillo, Sobre las montañas de los aromas. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Ven conmigo, mi amor! Sé como una gacela, o como un venado joven sobre los montes de especias. Biblia Católica (Latinoamericana) Huye, amado mío,
como gacela o como un cabrito
por los montes de las balsameras. La Biblia Textual 3a Edicion Oh amado mío, apresúrate,° Y sé como la gacela o el cervatillo, sobre los montes de los aromas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Date prisa, amado mío, y sé cual la gacela o como el cervatillo por los montes de los bálsamos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Huye, amado mío; y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas. |
Antes que amanezca y huyan las sombras, ven a mí, amado mío, como una gacela o como un ciervo en los montes de especias.
Mujeres de Jerusalén, les ruego por las gacelas y cervatillas del bosque que no despierten a mi amada. ¡Déjenla dormir!
Mi amado es como la gacela o como el cervatillo. Escuchen; ahí está detrás de la pared; ahora mira por las ventanas, se asoma por las celosías.
Hasta que despunte el día y huyan las sombras, subiré yo al monte de mirra y a la colina de incienso.
Les dijo: «Un hombre de la nobleza fue a que lo coronaran rey en un país lejano y después de eso regresaría.
Sin embargo, la carne que comas podrás obtenerla matando a tus animales en cualquier lugar, de la manera como lo haces ahora con la gacela o el ciervo. Come toda la carne que desees y con la frecuencia que puedas, conforme a la prosperidad que el Señor te haya dado. Los que estén ceremonialmente impuros también pueden comer.
Realmente me es difícil elegir cualquiera de las dos posibilidades. Deseo morir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor;
El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.
El que da testimonio de estas cosas declara: «Sí, vengo pronto». ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!