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Cantares 7:8 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Yo me dije: «Subiré a la palmera y tomaré sus racimos». Sean ahora tus pechos como racimos de uvas y el aroma de tu aliento como manzanas,

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Biblia Reina Valera 1960

Yo dije: Subiré a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Dije: «Treparé a la palmera y tomaré su fruto». Que tus pechos sean como racimos de uvas y tu aliento, como la fragancia de manzanas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tu talle se parece a la palmera; tus pechos, a los racimos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Alguien Dije: Subiré a la palmera, Tomaré sus frutos: Sean tus pechos como racimos de la vid, Y la fragancia de tu aliento como de manzanas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tu talle es comparable a la palmera, tus pechos a racimos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo dije: Subiré a la palmera, asiré sus ramas; y tus pechos serán ahora como racimos de la vid, y el olor de tu nariz como de manzanas;

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Cantares 7:8
10 Tagairtí Cros  

¡Qué fragante es tu loción, y qué agradable tu nombre! Con razón te aman todas las doncellas.


Mi amado es un manzano, el mejor del huerto en comparación con cualquier otro joven. Me he sentado en su anhelada sombra y su fruto es delicioso para comer.


Dame a comer tu amor tus pasas y tus manzanas pues muero de amor.


Ven, viento del norte; despierta; ven, viento del sur, sopla sobre mi huerto y llévale a mi amado su dulce perfume. Que venga él a su huerto y coma su fruto más exquisito.


Eres alta y esbelta al igual que una palmera, y tus pechos son sus racimos.


Me deleitaré en hacerles bien y los volveré a establecer en esta tierra con gran alegría.


Las vides están muertas; las higueras se están muriendo; los granados están secos, lo mismo que las palmeras y los manzanos. ¡Todos los árboles del campo se murieron! Por eso la alegría se ha ido de la gente.


Pero, ¡gracias a Dios que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo! y dondequiera que vamos nos usa para hablar a otros y para esparcir el evangelio como perfume fragante.