Entonces José tuvo que salir apresuradamente, porque el amor hacia su hermano lo llenó de emoción, y sintió necesidad de llorar. Se fue a su aposento y allí lloró.
Cantares 5:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Mi amado trataba de abrir el cerrojo de la puerta, y mi corazón se estremeció. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Mi amado metió su mano por la ventanilla, Y mi corazón se conmovió dentro de mí. Biblia Nueva Traducción Viviente Mi amante trató de abrir el cerrojo de la puerta, y mi corazón se estremeció dentro de mí. Biblia Católica (Latinoamericana) Mi amado metió la mano por la cerradura;
¡cómo se me estremeció el corazón!' La Biblia Textual 3a Edicion Mi amado extendió° su mano a través del resquicio,° Y mis entrañas se conmovieron por él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Mi amado puso su mano en el resquicio, y mis entrañas se estremecieron. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mi amado metió su mano por la ventanilla de la puerta, y mis entrañas se conmovieron dentro de mí. |
Entonces José tuvo que salir apresuradamente, porque el amor hacia su hermano lo llenó de emoción, y sintió necesidad de llorar. Se fue a su aposento y allí lloró.
Eso ocurrió el día diecisiete del mes segundo, es decir, cuando Noé cumplió sus seiscientos años de vida. Ese día se reventaron todas las fuentes del mar que está debajo de la tierra, y se abrieron las compuertas del cielo dejando caer una lluvia torrencial.
Entonces la mujer que realmente era la madre del hijo, y que lo amaba mucho, gritó: ―No, señor. Mejor dele el niño a esa mujer, pero no lo mate. Pero la otra mujer dijo: ―Bien, de esta manera no será tuyo ni mío; que lo dividan entre nosotras.
Cuando vayas a la guerra, tu pueblo te apoyará gustoso; tu traje de guerra será un traje de gala, y tu fuerza se renovará día tras día como el rocío de la mañana.
¡Llévame contigo; vámonos corriendo! ¡Qué felices seremos! Tu amor es mejor que el vino. ¡Con razón te aman todas las doncellas!
El Señor responde: ¡Efraín es aún hijo mío, el pequeño a quien amo! ¡Tuve que castigarlo por necesidad, pero lo amo todavía! Por él suspiro y de él tendré misericordia.
Una de ellas, que se llamaba Lidia, era vendedora de púrpura en Tiatira, y ya desde antes adoraba a Dios. Mientras Lidia escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que estuviera atenta a lo que Pablo decía.
Doy gracias a Dios porque ha dado a Tito el mismo interés sincero en ustedes que tengo yo.
porque es Dios el que les da a ustedes el deseo de cumplir su voluntad y de que la lleven a cabo.