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Cantares 4:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Tu cuello es como la torre de David, engalanada con los escudos de mil héroes.

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Biblia Reina Valera 1960

Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; Mil escudos están colgados en ella, Todos escudos de valientes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tu cuello es tan hermoso como la torre de David, adornado con los escudos de mil héroes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Tu cuello es como la torre de David, levantada para dominar; de ella cuelgan mil escudos, todos escudos de valientes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Tu cuello, como la torre de David, Construida con roquetas, De donde penden mil escudos, Todos paveses° de valientes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tu garganta, la torre de David, construida para trofeos: mil broqueles cuelgan de ella; todos, escudos de valientes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; mil escudos están colgados en ella, todos escudos de hombres valientes.

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Cantares 4:4
15 Tagairtí Cros  

»¡Montes de Guilboa, que nunca más haya rocío ni lluvia sobre ustedes, ni crezca el trigo en sus laderas. Porque allí quedaron aplastados los escudos de los héroes. Porque allí el escudo de Saúl perdió todo su esplendor.


»El Señor da una liberación maravillosa al rey, y muestra misericordia a David, su ungido, y a su descendencia para siempre».


y Ezer hijo de Jesúa, gobernador de una parte de Mizpa, quienes restauraron otro tramo de la muralla que queda frente a la subida del depósito de armas, en la esquina.


Que nuestros hijos crezcan en su juventud, como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas labradas para adornar un palacio.


¡Qué lindas tus mejillas entre tus pendientes! ¡Qué hermoso luce tu cuello entre los collares!


tu cuello parece torre de marfil, tus ojos, los manantiales de Hesbón junto a la entrada de Bat Rabín. Tu nariz es bella como la torre del Líbano que mira hacia Damasco.


Como el monte Carmelo es corona de montes, así tu cabeza es tu corona. Has cautivado al rey con tus rizos.


Soy alta, esbelta, y de pechos bien desarrollados, y he hallado gracia a los ojos de mi amado.


Y tú, Jerusalén, ciudad fuerte edificada sobre el monte Sion, volverás a tener el poderío de antes, pues nuevamente serás la capital del reino».


Sin embargo, no están conectados a Cristo, la cabeza, a la cual nosotros, que formamos su cuerpo, sí estamos unidos. Y lo estamos por medio de fuertes junturas y ligamentos, con lo cual crecemos a medida que Dios nos nutre.


a quienes Dios protege con su poder por la fe, hasta que llegue la salvación que se dará a conocer en lo últimos tiempos.