El rey se levantó y salió del banquete al jardín del palacio. Pero Amán se quedó suplicándole a la reina Ester que le salvara la vida, porque sabía que ya no contaba con la ayuda del rey.
Cantares 2:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Me lleva a la sala del banquete, y es evidente para todos cuánto me ama. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Me llevó a la casa del banquete, Y su bandera sobre mí fue amor. Biblia Nueva Traducción Viviente Él me escolta hasta la sala de banquetes; es evidente lo mucho que me ama. Biblia Católica (Latinoamericana) Me llevó a una bodega de vino:
su divisa de amor estaba encima de mí. La Biblia Textual 3a Edicion Él me condujo a la sala del banquete,° Y su estandarte sobre mí es el amor. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Me introdujo en la bodega; su enseña sobre mí es el amor. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Me llevó a la casa del banquete, y su bandera sobre mí fue amor. |
El rey se levantó y salió del banquete al jardín del palacio. Pero Amán se quedó suplicándole a la reina Ester que le salvara la vida, porque sabía que ya no contaba con la ayuda del rey.
Siempre has librado de todo daño su persona, su hogar y sus bienes. Has hecho prosperar cuanto hace. ¡Mira cómo se ha enriquecido! ¡Razón tiene para adorarte!
Que haya griterío de júbilo cuando sepamos la noticia de tu victoria; que se agiten las banderas en alabanza a Dios por todo lo hecho en favor tuyo. Que él responda a todas tus plegarias.
Levanta la bandera en señal de retirada para tus fieles, y podrán escapar de quienes los atacan.
Un sólo día en tu templo es mejor que mil en cualquier otro sitio. Preferiría ser portero del templo de mi Dios que vivir una vida cómoda en palacios de maldad.
¡Llévame contigo; vámonos corriendo! ¡Qué felices seremos! Tu amor es mejor que el vino. ¡Con razón te aman todas las doncellas!
Aquí estoy en mi huerto, amada mía, novia mía. Reúno la mirra con las especias mías y como mi panal con la miel. Bebo mi vino con mi leche. ¡Oh, amado y amada, coman y beban! ¡Sí, beban hasta saciarse!
Amada mía, eres tan bella como la tierra de Tirsá; hermosa como Jerusalén. Impresionante como las estrellas del cielo.
En aquel día, el que creó la dinastía real de David será estandarte de salvación para todo el mundo. Las naciones acudirán a él, pues el sitio en donde viva será un lugar glorioso.
Yo estoy siempre a la puerta y llamo; si alguno escucha mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él y él conmigo.