Cantares 1:15 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¡Qué bella eres, amor mío! ¡Qué bella eres! Tus ojos son suaves como paloma. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; tus ojos son como palomas. Biblia Nueva Traducción Viviente ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa! Tus ojos son como palomas. Biblia Católica (Latinoamericana) ¡Oh mi amor, ¡qué bella eres,
qué bella eres con esos ojos de paloma! La Biblia Textual 3a Edicion Él He aquí eres hermosa, oh amada mía. ¡Cuán bella eres! Tus ojos son como palomas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¡Que eres bella, amada mía, que eres bella! Tus ojos son palomas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) He aquí que tú eres hermosa, amada mía; he aquí que eres bella; tus ojos son como de paloma. |
Si no lo sabes, hermosa entre las mujeres, sigue las huellas de mi rebaño hasta las tiendas de los pastores, y apacienta a sus alrededores tus cabritos.
Ya surgen las hojas y las viñas florecen. ¡Qué delicioso aroma! Levántate amor mío, hermosa mía y vámonos».
¡Qué hermosa eres, amor mío, qué hermosa! Tus ojos, tras el velo, son como palomas. Sobre el rostro, tus negros cabellos son como rebaños de cabras que retozan en las laderas de Galaad.
Cuán dulce es tu amor, amada mía, novia mía, Cuánto mejor que el vino. Más fragante es el perfume de tu amor que las más ricas especias.
Sus ojos son perfectos; parecen palomas que se bañan en un estanque de leche.
Cierta noche, mientras dormía, se me despertó en sueños el corazón. Oí la voz de mi amado; ¡llamaba a la puerta de mi recámara! «Ábreme, amada mía; amor mío, mi linda paloma», decía, «pues mi cabeza está empapada de rocío; la humedad de la noche corre por mi cabello».
¿Quién es esta que surge como la aurora, bella como la luna, brillante como el sol, impresionante como las estrellas del cielo.
Amada mía, eres tan bella como la tierra de Tirsá; hermosa como Jerusalén. Impresionante como las estrellas del cielo.
Eres alta y esbelta al igual que una palmera, y tus pechos son sus racimos.
Y todavía se atreven a preguntar: «¿Por qué nos ha abandonado Dios?». Les diré por qué: Porque el Señor ha visto que ustedes no han cumplido su compromiso con aquellas mujeres con quienes se casaron cuando eran jóvenes.