Griten aterrorizados, porque ha llegado el día del Señor, el tiempo en que el Todopoderoso los aplastará.
Apocalipsis 22:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y luego añadió: «No escondas las palabras del mensaje profético de este libro, porque la hora de su cumplimiento se acerca. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces me indicó: «No selles las palabras proféticas de este libro porque el tiempo está cerca. Biblia Católica (Latinoamericana) También me dijo: 'No pongas en lenguaje cifrado los mensajes proféticos de este libro, porque el tiempo está cerca. La Biblia Textual 3a Edicion Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este rollo, porque el tiempo está cerca. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y añadió: 'No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. |
Griten aterrorizados, porque ha llegado el día del Señor, el tiempo en que el Todopoderoso los aplastará.
Escribe todo lo que voy a hacer, dice el Señor, y séllalo para el futuro. Encárgalo a algún hombre justo para que lo haga llegar a los justos de las generaciones futuras.
Dios el Señor dice: “Yo pondré fin a este proverbio y pronto dejarán de repetirlo”. Dales este otro en su lugar: “Ha llegado el tiempo para que todas estas profecías se cumplan”.
»”Pero Daniel, ¡debes conservar esta profecía en secreto y sellarla hasta el tiempo final, pues mucha gente andará de un lado a otro buscando comprender!”.
Él me dijo: “Ve ahora, Daniel, pues lo que yo he dicho es para que se cumple hacia el final de la historia.
Tu visión de los dos mil trescientos días, es verdad. Pero ninguna de estas cosas sucederá pronto, así que no se lo cuentes a nadie aún”.
Lo que les digo en la penumbra, proclámenlo a la luz del día; y lo que les susurro al oído, divúlguenlo desde las azoteas.
Tenemos que vivir así, sabiendo que el tiempo vuela. ¡Despertemos! Nuestra salvación está más cerca ahora que cuando creímos por primera vez.
La noche ya está terminando y el nuevo día despuntará pronto. Por eso, dejemos de actuar en las tinieblas y vistámonos la armadura de la luz.
No se dejen engañar de ninguna manera, porque ese día no llegará hasta que ocurra la rebelión contra Dios y se manifieste el hombre de pecado, el que sólo sabe destruir.
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por tanto, sean serios y responsables en la oración.
me dijo: «Escribe en un libro todo lo que veas, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».
Bendito el que lee esta profecía y benditos los que la oyen y le hacen caso, porque la hora de su cumplimiento se aproxima.
Yo ya iba a escribir lo que dijeron los truenos, pero una voz del cielo gritó: «¡No, no lo hagas! Estas palabras no pueden ser reveladas».
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a anunciar estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David. Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana».
Solemnemente le advierto a cualquiera que escuche las palabras del mensaje profético de este libro: Si alguno añade algo a lo que está escrito, Dios le añadirá a él las plagas que se describen en este libro.
El que da testimonio de estas cosas declara: «Sí, vengo pronto». ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!
«Vengo pronto. ¡Bendito el que cree las palabras proféticas que están escritas en este libro!».
Y me dijo nuevamente: «No, no lo hagas; yo soy un siervo como tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que obedecen las palabras de este libro. Adora sólo a Dios».
En eso noté que el que estaba sentado en el trono tenía en la mano derecha un pergamino enrollado, escrito por detrás y por delante y sellado con siete sellos.