Entonces uno de los serafines voló hacia el altar y con unas tenazas sacó una brasa.
Apocalipsis 16:7 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y oí que el ángel del altar decía: «Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus castigos son justos y verdaderos». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. Biblia Nueva Traducción Viviente Y oí una voz que venía del altar y decía: «Sí, oh Señor Dios, el Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos». Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces oí otro grito que venía del altar: 'Sí, Señor y Dios, Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. La Biblia Textual 3a Edicion Y oí al altar° que decía: ¡Sí, Señor Dios Todopoderoso: justos y verdaderos son tus juicios! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y oí que el altar decía: 'Así es, Señor, Dios todopoderoso. Verdaderos y justos son tus juicios'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y oí a otro que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. |
Entonces uno de los serafines voló hacia el altar y con unas tenazas sacó una brasa.
Entonces el Señor habló al hombre vestido de lino y le dijo: «Ve entre las ruedas que giran debajo de los querubines y toma un puñado de brasas encendidas y espárcelas sobre la ciudad». Él lo hizo así, mientras yo observaba.
Entonces uno de los querubines extendió su mano (pues cada querubín tenía, debajo de sus alas, lo que se parecían a manos humanas) y tomó algunas brasas encendidas de las llamas de entre las ruedas y las puso en las manos del hombre vestido de lino, quien las tomó y salió.
«Yo soy la A y la Z, —dice el Señor Dios—, el que es, que era y que ha de venir, el Todopoderoso».
El que deba ir preso, caerá preso; el que deba morir a espada, morirá a filo de espada. Aquí se verá la paciencia y la fidelidad del pueblo santo.
tendrá que beber del vino del furor de Dios que se ha echado puro en la copa de la ira divina!; y se le atormentará con fuego y azufre ardiendo en presencia de los santos ángeles y el Cordero.
Inmediatamente del altar salió otro ángel que tenía poder para destruir el mundo con fuego, y le gritó al ángel que tenía la hoz: «¡Corta los racimos de los viñedos del mundo, porque ya las uvas están completamente maduras!».
porque juzga con justicia y verdad. Ha castigado a la gran prostituta que corrompía la tierra con sus pecados, y ha vengado la sangre de sus siervos que ella derramó».
El Cordero abrió el quinto sello. Vi entonces debajo del altar a las personas que habían muerto por predicar la palabra de Dios y por ser fieles testigos.