Agarren la hoz, porque la cosecha ya está lista. Vengan y pisen las uvas, porque el lagar está lleno. ¡La maldad de esta gente es grande!
Apocalipsis 14:18 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Inmediatamente del altar salió otro ángel que tenía poder para destruir el mundo con fuego, y le gritó al ángel que tenía la hoz: «¡Corta los racimos de los viñedos del mundo, porque ya las uvas están completamente maduras!». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego otro ángel, que tenía poder para destruir con fuego, vino desde el altar y le gritó al ángel que tenía la hoz afilada: «Pasa ahora tu hoz y junta los racimos de los viñedos de la tierra, porque las uvas ya están maduras para el juicio». Biblia Católica (Latinoamericana) Otro ángel, el que está encargado del fuego, salió del altar y gritó al que llevaba la hoz afilada: 'Mete tu hoz afilada y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque ya están bien maduros. La Biblia Textual 3a Edicion Y de junto al altar salió otro ángel que tiene poder sobre el fuego, y habló° con gran voz al que tenía la hoz afilada, diciendo: ¡Mete° tu hoz afilada, y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas están maduras! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego; y gritó con gran voz al que tenía la hoz afilada: 'Mete tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque sus uvas están en sazón'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y otro ángel salió del altar, el cual tenía poder sobre el fuego, y clamó con gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. |
Agarren la hoz, porque la cosecha ya está lista. Vengan y pisen las uvas, porque el lagar está lleno. ¡La maldad de esta gente es grande!
Y cuando el grano está maduro, lo cosechan pues su tiempo ha llegado».
Y oí que el ángel del altar decía: «Sí, Señor, Dios Todopoderoso, tus castigos son justos y verdaderos».
El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, y los rayos solares quemaron a la gente.
Otro ángel, con un incensario de oro, vino y se paró ante el altar; allí se le entregó una gran cantidad de incienso para que lo mezclara con las oraciones de todo el pueblo de Dios y lo ofreciera sobre el altar de oro que estaba delante del trono.