Él callaba desde hace tiempo. Se había dominado, pero ahora desatará su ira. Gemirá y llorará como mujer que da a luz.
Abdías 1:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Ustedes, israelitas, asimilaron todo el daño como si fuera el contenido amargo de una gran copa. Pero les aseguro que las naciones de alrededor también la beberán. ¡Sí, la beberán, y a causa del castigo que les impondré se tambalearán y luego desaparecerán de la historia! ¡Será como si nunca hubieran existido como naciones! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido. Biblia Nueva Traducción Viviente Así como te tragaste a mi pueblo en mi monte santo, así tú y las naciones vecinas se tragarán el castigo que derramaré sobre ti. Sí, todas las naciones beberán, se tambalearán y desaparecerán de la historia. Biblia Católica (Latinoamericana) Así como ustedes bebieron sobre mi monte santo, así van a beber, naciones que me rodean; beberán hasta que pierdan los sentidos, y serán luego como si no hubieran sido. La Biblia Textual 3a Edicion Como bebisteis en mi Santo Monte, Así todas las naciones beberán por turno; ¡Sí, beberán y apurarán! Y serán como si nunca hubieran sido. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Como bebisteis sobre mi santo monte, así beberán sin cesar todas las naciones; beberán y tragarán, y serán luego como si no hubieran sido. Biblia Reina Valera Gómez (2023) De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, así beberán continuamente todas las gentes; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido. |
Él callaba desde hace tiempo. Se había dominado, pero ahora desatará su ira. Gemirá y llorará como mujer que da a luz.
Esto dice el Señor a Edom: Si han de sufrir los inocentes, ¡cuánto más tú! ¡No te librarás! ¡Tienes que sufrir todas las consecuencias del juicio que te he preparado!
¿Te alegras, oh pueblo de Edom, que habitas en la región de Uz? ¡Tú también tendrás que sufrir todo este tormento!
Entonces se convencerán, por fin, que yo soy el Señor su Dios, y que habito en Sion, mi santo monte. Jerusalén será santa, y nunca más los extranjeros la volverán a invadir.
Sólo vienen a causar destrucción; por donde pasan siembran el terror. Sólo de ver sus rostros le gente se llena de miedo. Los prisioneros que toman son tantos, que son como la arena del mar.
Ya es tiempo de que el juicio comience por la propia familia de Dios. Y si comienza por nosotros, ¡imagínense el fin que les espera a los que no obedecen al evangelio de Dios!