A pesar de que he sido nombrado como rey, nada pude hacer para evitar que los hijos de Sarvia asesinaran a Abner. ¡Que el Señor le dé su castigo a quien cometió tal maldad!».
2 Timoteo 4:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Alejandro el herrero me ha hecho mucho daño. Que el Señor lo castigue. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. Biblia Nueva Traducción Viviente Alejandro —el que trabaja el cobre— me hizo mucho daño, pero el Señor lo juzgará por lo que ha hecho. Biblia Católica (Latinoamericana) Alejandro, el herrero, me ha causado mucho daño. El Señor le dará su merecido por lo que ha hecho. La Biblia Textual 3a Edicion Alejandro° el calderero me ha hecho° muchos males; el Señor le pagará° conforme a sus obras. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Alejandro, el herrero, me ha perjudicado mucho: el Señor le dará lo merecido por sus obras. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. |
A pesar de que he sido nombrado como rey, nada pude hacer para evitar que los hijos de Sarvia asesinaran a Abner. ¡Que el Señor le dé su castigo a quien cometió tal maldad!».
Dales el castigo que tan merecido tienen. Que el castigo corresponda a su maldad. Castiga todas sus perversidades. Dales una probada de lo que ellos le han hecho a otros.
que el amor, Señor, es tuyo. Ciertamente tú pagarás a cada uno según lo que se merezcan sus obras.
Entonces Jeremías respondió: «¡Señor, tú sabes que es por amor a ti que padezco! Me persiguen porque les he comunicado tus mensajes. ¡No dejes que me maten! ¡Líbrame de sus garras y dales su merecido!
Queridos hermanos, nunca tomen venganza sino déjensela a Dios, porque así está escrito: «A mí me corresponde vengarme. Yo le daré su pago a cada quien, dice el Señor».
¡Sírvannos de ejemplo Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no deshonrar el nombre de Dios!
Si ven que un hermano comete un pecado que no es mortal, pidan a Dios que lo perdone, y Dios le dará vida, si es cierto que su pecado no es mortal. Pero hay un pecado que sí es mortal, por el cual no digo que se pida.
Pero tú, cielo, regocíjate por lo que ha sucedido. Y regocíjense también los santos, los profetas y los apóstoles, porque al castigar a la gran ciudad, Dios les está haciendo justicia a ustedes».
Hazle a ella lo que ella te hizo a ti, e imponle doble castigo a sus maldades. En la copa en que preparó bebida para otros, prepárale una bebida dos veces más fuerte.
Aquellas personas clamaban a gran voz: «Soberano Señor, santo y verdadero, ¿cuándo vas a juzgar a los habitantes de la tierra y cuándo vas a vengar nuestra muerte?».
Que el Señor juzgue entre nosotros. Quizás te castigará por lo que estás tratando de hacerme, pero yo jamás te haré daño alguno.