¡Anímate, Zorobabel! ¡Anímate, jefe de los sacerdotes Josué, hijo de Josadac! ¡Anímense todos, y pónganse a trabajar para lograr un templo magnífico, porque yo estoy con todos ustedes apoyándolos! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.
2 Timoteo 2:1 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Por eso, tú, Timoteo, hijo mío, aprópiate de la fuerza que Jesucristo da por su amor. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Biblia Nueva Traducción Viviente Timoteo, mi querido hijo, sé fuerte por medio de la gracia que Dios te da en Cristo Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) En cuanto a ti, hijo, que tu fuerza sea la gracia que tienes en Cristo Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Tú pues hijo mío, sé fortalecido con la gracia que hay en Jesús el Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú, pues, hijo mío, saca fuerzas de la gracia que hay en Cristo Jesús. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. |
¡Anímate, Zorobabel! ¡Anímate, jefe de los sacerdotes Josué, hijo de Josadac! ¡Anímense todos, y pónganse a trabajar para lograr un templo magnífico, porque yo estoy con todos ustedes apoyándolos! Lo digo yo, el Señor Todopoderoso.
Estén alertas; sean fieles al Señor. Pórtense con valor y sean fuertes.
Por último, recuerden que su fortaleza debe venir del gran poder del Señor.
Ahora, Timoteo, hijo mío, fíjate en este mandamiento que te doy: Pelea la buena batalla, tal como dicen las profecías que se hicieron en cuanto a ti.
a Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Que Dios nuestro Padre y Cristo Jesús nuestro Señor te concedan su amor, misericordia y paz.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús porque Dios así lo quiso, de acuerdo con la promesa de vida que tenemos en Cristo Jesús,
a Timoteo, mi amado hijo: Que Dios el Padre y Jesucristo nuestro Señor derramen en ti su gracia, su misericordia y su paz.
El Espíritu que es don de Dios, no quiere que temamos a la gente, sino que tengamos fortaleza, amor y dominio propio.
Por eso, estoy dispuesto a sufrir si con ello alcanzan la salvación y la gloria eterna aquellos a los que Dios ha escogido. Esa es la salvación que tenemos en Cristo Jesús.
Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para predicar el mensaje que todos oyeron. Dios me libró de la boca del león.
Solamente si te esfuerzas y eres valiente para obedecer al pie de la letra la ley que Moisés te dio triunfarás en todo lo que hagas.
Más bien, crezcan en el amor y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea dada la gloria ahora y hasta la eternidad! Amén.