Estoy seguro de que enseñará a sus descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos continúen practicando la justicia y la honestidad. Yo, por mi parte, le cumpliré a Abraham todo lo que le he prometido».
2 Samuel 7:20 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ¿qué más puedo decir? Porque tú sabes cómo soy. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente »¿Qué más puedo decirte? Tú sabes cómo es realmente tu siervo, Señor Soberano. Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Qué podría añadir tu servidor David? Tú lo conoces, Señor Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion ¿Y qué más puede decirte David? ¡Oh Adonay YHVH, Tú conoces a tu siervo! Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Qué más podrá decirte David? Tú conoces a tu siervo, Señor mío, Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Y qué más puede añadir David hablando contigo? Pues tú conoces a tu siervo, Señor Jehová. |
Estoy seguro de que enseñará a sus descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos continúen practicando la justicia y la honestidad. Yo, por mi parte, le cumpliré a Abraham todo lo que le he prometido».
¿Qué más puedo decir? ¡Tú sabes que no soy más que un perro; no obstante, has decidido darme honor!
No necesitaba que nadie le dijera nada acerca de los demás, porque él conocía los pensamientos del ser humano.
Por tercera vez Jesús le preguntó: ―Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso triste de que Jesús le preguntara por tercera vez: «¿Me quieres?». Entonces le dijo: ―Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: ―Cuida de mis ovejas.
Nada de lo que él ha creado puede esconderse de aquel a quien tendremos que rendir cuentas de nuestros hechos.
―Yo soy el comandante en jefe del ejército del Señor —respondió. Josué cayó de rodillas delante de él, lo adoró y le dijo: ―Da tus órdenes a tu siervo, Señor.
Y a los hijos de esa mujer los heriré de muerte. Así sabrán todas las iglesias que yo escudriño la mente y el corazón y que a cada uno le doy su merecido.
Pero el Señor le dijo: ―No juzgues al hombre por su apariencia. No, no es este. Yo no escojo como los hombres lo hacen. Los hombres juzgan por la apariencia exterior, pero yo miro el corazón.