Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: ―Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive siempre de acuerdo con mi voluntad y haz lo correcto,
2 Samuel 22:24 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 He sido íntegro delante de él, y me he cuidado de pecar. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Fui recto para con él, Y me he guardado de mi maldad; Biblia Nueva Traducción Viviente Soy intachable delante de Dios; me he abstenido del pecado. Biblia Católica (Latinoamericana) Estaba ante él sin ni un reproche,
me cuidaba de cometer cualquier falta. La Biblia Textual 3a Edicion Fui recto para con Él, Y me he guardado de mi maldad; Biblia Serafín de Ausejo 1975 soy veraz ante él y me guardo del mal. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y fui íntegro para con Él, y me guardé de mi iniquidad. |
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se le apareció y le dijo: ―Yo soy el Dios Todopoderoso. Vive siempre de acuerdo con mi voluntad y haz lo correcto,
Esta es la historia de Noé y de sus descendientes. Noé era un hombre justo y bueno, y todo el tiempo vivía conforme a la voluntad de Dios.
Después el Señor le dijo a Noé: «Entra en el barco con toda tu familia, porque tú eres el único hombre bueno que vive en este tiempo.
En la tierra de Uz vivía un hombre llamado Job, hombre bueno que temía a Dios y se abstenía de lo malo.
Oh, Señor oye mi ruego para que se haga justicia; escucha mi clamor para obtener ayuda; presta oído a mi oración porque sale de un corazón sincero. ¡Presta oído a mi angustioso clamor!
Tú amas la verdad en lo íntimo, y me enseñas a ser sabio en lo más profundo de mí ser.
Porque el Señor es nuestra luz y nuestra protección. Él nos da gracia y gloria. Ningún bien se les negará a quienes hagan lo que es justo.
Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, dijo: ―Aquí viene un verdadero israelita, en el que no hay engaño.
Impulsados por este temor reverencial al Señor, tratamos arduamente de persuadir a otros. Dios sabe que nuestros corazones son sinceros en cuanto a esto, y espero que ustedes lo sepan también.
Desde antes que formara el mundo, Dios nos escogió para que fuéramos suyos a través de Cristo, y resolvió hacernos santos y sin falta ante su presencia.
En otro tiempo, ustedes estaban alejados de Dios y eran sus enemigos, debido a sus malos pensamientos y acciones.
Pero ahora él los ha reconciliado por medio de la muerte que Cristo sufrió en su cuerpo, para presentarlos santos, sin mancha ni culpa, ante la misma presencia de Dios.
Por eso, también nosotros, que estamos rodeados de tantos testigos, dejemos a un lado lo que nos estorba, en especial el pecado que nos molesta, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.