Estoy seguro de que enseñará a sus descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos continúen practicando la justicia y la honestidad. Yo, por mi parte, le cumpliré a Abraham todo lo que le he prometido».
2 Samuel 22:22 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Yo he vivido en la voluntad del Señor, y nunca me he apartado de mi Dios, Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Porque yo he guardado los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues he permanecido en los caminos del Señor; no me he apartado de mi Dios para seguir el mal. Biblia Católica (Latinoamericana) He ido por los caminos de Yavé,
y no hice el mal lejos de mi Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Porque guardé los caminos de YHVH, Y no me aparté impíamente de mi Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Las vías del Señor las guardo, ciertamente, y no me alejo de mi Dios pecando. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque yo guardé los caminos de Jehová; y no me aparté impíamente de mi Dios. |
Estoy seguro de que enseñará a sus descendientes a obedecerme, de modo que cuando él muera ellos continúen practicando la justicia y la honestidad. Yo, por mi parte, le cumpliré a Abraham todo lo que le he prometido».
»Y si tú vives en honestidad y verdad, como tu padre David, obedeciéndome siempre,
Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor.
pero a los que van por caminos torcidos, Señor, deséchalos. Llévatelos junto con los que hacen mal. Que haya para Israel paz y tranquilidad.
Y ahora, hijos míos, escúchenme: dichosos los que van por mis caminos.
Destruiré también a los que antes rendían homenaje al Señor, pero ya no lo hacen, y a los que nunca lo han amado ni han querido saber de él.
Entonces Moisés se airó y le dijo al Señor: ―No aceptes sus sacrificios. Ni aun un burro he tomado de ellos, ni les he causado daño alguno.
Si obedecen mis mandamientos, no se apartarán de mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y su amor no se aparta de mí.
Con gran satisfacción y sinceridad podemos afirmar que siempre hemos dependido de la gracia del Señor y no de nuestra sabiduría y que siempre hemos sido puros y sinceros en el mundo, especialmente en cuanto a la forma en que nos hemos comportado con ustedes.
Ahora, díganme mientras estoy delante del Señor y delante de su ungido: ¿He robado a alguien un buey o un burro? ¿He defraudado alguna vez a alguno de ustedes? ¿Los he oprimido alguna vez? ¿He recibido soborno de alguien? Díganmelo y rectificaré todo lo malo que haya hecho.