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2 Samuel 20:16 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Pero una mujer sabia gritó desde la ciudad: ―¡Escuchen, escuchen! ¡Díganle a Joab que venga, pues tengo que hablar con él!

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero una mujer sabia de la ciudad llamó a Joab y le dijo: —Escúcheme, Joab. Venga aquí para que pueda hablar con usted.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

una mujer criteriosa que estaba en la ciudad exclamó: '¡Oigan, oigan! Digan a Joab que se acerque hasta acá, porque quiero hablarle'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces una mujer sabia dio voces desde la ciudad, diciendo: ¡Oíd! ¡Oíd! Os ruego que digáis a Joab: ¡Acércate para que yo hable contigo!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Gritó entonces desde la ciudad una mujer juiciosa: '¡Escuchad! ¡Escuchad! ¡Decidle a Joab que se acerque hasta aquí; que quiero hablarle!'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él.

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2 Samuel 20:16
7 Tagairtí Cros  

envió por una mujer de Tecoa, que tenía reputación de gran sabiduría, y le dijo que pidiera una entrevista con el rey. Pero antes de que la mujer se presentara delante del rey, Joab le dijo: ―Vístete de luto, no te eches perfume, como si estuvieras de duelo por un hijo muerto. Luego irás donde el rey y le dirás todo lo que yo te diga.


Cuando Joab se le acercó, la mujer le preguntó: ―¿Es usted, Joab? Y él respondió: ―Sí, yo soy. La mujer le dijo: ―Le ruego que escuche lo que tengo que decirle. ―Te escucho —le respondió Joab.


La mujer fue a hablar con el pueblo y convenció a todos de que le cortaran la cabeza a Sabá hijo de Bicrí. Así lo hicieron, y le arrojaron la cabeza a Joab. Entonces Joab hizo sonar su trompeta y reunió a sus hombres para que no realizaran el ataque, y volvieron a Jerusalén, para presentarse ante el rey.


Cuando Arioc, el comandante de la guardia real, vino para matarlos, Daniel manejó la situación con mucho tacto y cuidado al preguntar:


Su nombre era Nabal. Su esposa, que se llamaba Abigaíl, era una mujer hermosa e inteligente. Él, que era descendiente de Caleb, en cambio, era duro y soberbio, y de modales rudos.