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2 Samuel 19:14 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Entonces Amasá convenció a todos los caudillos de Judá, y ellos respondieron como un solo hombre. Entonces mandaron este mensaje al rey: «Vuelva a nosotros y traiga consigo a todos los que lo acompañan».

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Biblia Reina Valera 1960

Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen a decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que Amasa convenció a todos los hombres de Judá, y ellos respondieron unánimemente. Y le mandaron a decir al rey: «Regrese a nosotros, y traiga de vuelta a todos los que lo acompañan».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

También dirán a Amasa: ¿No eres tú como mi carne y mis huesos? Maldígame Dios si no te nombro comandante en jefe en vez de Joab'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Así inclinó el corazón de todos los hombres de Judá como un solo hombre. Entonces enviaron a decir al rey: Vuelve tú con todos tus siervos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y también diréis a Amasá: '¿No eres tú también hueso mío y carne mía? ¡Esto me haga Dios y esto me añada, si no te hago para siempre jefe del ejército en lugar de Joab!''.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Así inclinó el corazón de todos los varones de Judá, como el de un solo hombre, para que enviasen a decir al rey: Vuelve tú, y todos tus siervos.

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2 Samuel 19:14
8 Tagairtí Cros  

Absalón había designado a Amasá como jefe de su ejército, en lugar de Joab. (Amasá era primo segundo de Joab; su padre era Itrá, un ismaelita, y su madre era Abigaíl hija de Najás, la cual era la hermana de Sarvia, la madre de Joab).


El rey ordenó a Amasá: «Espero que tú y las tropas de Judá estén aquí dentro de tres días».


»Tú me has salvado de los rebeldes de mi pueblo; me has preservado como cabeza de las naciones.


¡Que Dios me mande el peor de los castigos si, de aquí en adelante, no hago todo lo posible por quitarte todo el reino, desde Dan hasta Berseba, para dárselo a David! ¡Así se cumplirá lo que el Señor le juró a David!


Después de esto, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón y le dijeron a David: «Aquí estamos, nosotros somos sus hermanos de sangre.


Todos los creyentes estaban unidos enteramente en alma y corazón, ninguno tenía por suyo lo que poseía, sino que lo compartía con los demás.


Entonces toda la nación de Israel envió a sus dirigentes y a cuatrocientos cincuenta mil hombres para que se reunieran delante del Señor en Mizpa. Vinieron desde Dan, desde Berseba y de todos los lugares intermedios, y desde el otro lado del Jordán, de la tierra de Galaad.