Por eso, Labán le dijo: «¡No hay duda de que eres de mi familia!». Cuando Jacob ya llevaba un mes viviendo en la casa de Labán,
2 Samuel 19:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Y les ordenó que le dijeran a Amasá: «Por cuanto eres mi sobrino, que Dios me quite la vida si no te nombro jefe de mi ejército, en lugar de Joab». Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Asimismo diréis a Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y aun me añada, si no fueres general del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab. Biblia Nueva Traducción Viviente Además, David les pidió que le dijeran a Amasa: «Como eres de mi misma sangre, al igual que Joab, que Dios me castigue y aun me mate si no te nombro comandante de mi ejército en su lugar». Biblia Católica (Latinoamericana) ¿No son ustedes mis hermanos, y mi carne y mis huesos? ¿Por qué van a ser los últimos en reinstaurar al rey? La Biblia Textual 3a Edicion Y a Amasa diréis: ¿No eres tú hueso mío y carne mía? ¡Así me haga Dios y aun me añada° si no has de ser jefe del ejército delante de mí todos los días, en lugar de Joab! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vosotros sois mis hermanos; carne y hueso míos sois. ¿Por qué habéis de ser los últimos en hacer que vuelva el rey?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Asimismo diréis a Amasa: ¿No eres tú también hueso mío y carne mía? Así me haga Dios, y así me añada, si no has de ser capitán del ejército delante de mí para siempre, en lugar de Joab. |
Por eso, Labán le dijo: «¡No hay duda de que eres de mi familia!». Cuando Jacob ya llevaba un mes viviendo en la casa de Labán,
Absalón había designado a Amasá como jefe de su ejército, en lugar de Joab. (Amasá era primo segundo de Joab; su padre era Itrá, un ismaelita, y su madre era Abigaíl hija de Najás, la cual era la hermana de Sarvia, la madre de Joab).
―¿Qué? ¿Lo has visto y no le has dado muerte? —dijo Joab—. Yo te habría recompensado con diez monedas de plata y un cinturón.
El rey ordenó a Amasá: «Espero que tú y las tropas de Judá estén aquí dentro de tres días».
Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó a la entrada de la ciudad, como si quisiera conversar con él secretamente. Una vez allí, Joab sacó su cuchillo y se lo clavó en el vientre. De esta manera Joab vengó la muerte de su hermano Asael.
Después de esto, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón y le dijeron a David: «Aquí estamos, nosotros somos sus hermanos de sangre.
Joab hijo de Sarvia estaba a cargo del ejército y Josafat hijo de Ajilud era el secretario;
ella le envió este mensaje a Elías: «¡Te juro por mis dioses, que mañana, a esta misma hora, tú serás hombre muerto! ¡Así como mataste a mis profetas, yo te mataré a ti!».
Entonces el Espíritu vino sobre Amasay, dirigente de los treinta, y por eso este respondió: «¡Somos tuyos, David! ¡Estamos a tu lado, hijo de Isaí! ¡Paz, paz para ti, paz para todos los que te apoyan; porque tu Dios está contigo!». Por consiguiente, David los recibió y permitió que se unieran a él, y los nombró jefes de su ejército.
Quiero morir donde tú mueras, y ser sepultada allí. Y que Dios me castigue si no cumplo mi promesa. Nada nos separará, ¡ni siquiera la muerte!