»¡Montes de Guilboa, que nunca más haya rocío ni lluvia sobre ustedes, ni crezca el trigo en sus laderas. Porque allí quedaron aplastados los escudos de los héroes. Porque allí el escudo de Saúl perdió todo su esplendor.
2 Samuel 1:6 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Porque yo estaba en el monte Guilboa, y vi que Saúl se apoyaba en su lanza, y los enemigos lo tenían rodeado. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 El joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. Biblia Nueva Traducción Viviente El hombre respondió: —Sucedió que yo estaba en el monte Gilboa, y allí estaba Saúl apoyado en su lanza mientras se acercaban los enemigos en sus carros de guerra. Biblia Católica (Latinoamericana) Respondió: 'Me encontraba por casualidad en los cerros de Guelboé. Saúl estaba apoyado en su lanza, los carros y los jinetes lo tenían cercado. La Biblia Textual 3a Edicion El joven que le informaba dijo: Me encontraba casualmente en el monte Gilboa y he aquí Saúl que estaba apoyado sobre su lanza, y he aquí los carros y jinetes lo habían alcanzado. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El joven que le traía la noticia respondió: 'Me encontraba yo casualmente en el monte Gelboé, y vi a Saúl apoyado sobre su lanza justamente cuando los carros y los jinetes estaban a punto de darle alcance. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y el joven que le daba las nuevas respondió: Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que estaba recostado sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo. |
»¡Montes de Guilboa, que nunca más haya rocío ni lluvia sobre ustedes, ni crezca el trigo en sus laderas. Porque allí quedaron aplastados los escudos de los héroes. Porque allí el escudo de Saúl perdió todo su esplendor.
Entonces pasó por el mismo camino un sacerdote que, al verlo, se hizo a un lado y siguió de largo.
Y así lo hizo. Ocurrió que el campo en que ella entró a espigar pertenecía a Booz el pariente del marido de Noemí.
Los filisteos establecieron su campamento en Sunén, y Saúl y los ejércitos de Israel estaban en Guilboa.
Si cruzan la frontera de nuestra tierra y entran en Bet Semes, que es territorio de ellos, sabremos que fue el Señor quien envió este gran mal sobre nosotros; pero si no, si las vacas regresan a buscar a sus becerros, sabremos que la plaga fue simplemente una coincidencia y que no fue enviada por el Señor.