Un día decidieron hacer ladrillos y cocerlos en el fuego. De ese modo usaron los ladrillos en lugar de piedras. Además, emplearon el alquitrán en lugar de mezcla.
2 Reyes 5:5 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 ―Ve y visita al profeta —le dijo el rey—. Yo te daré una carta de presentación para que se la entregues al rey de Israel. Naamán emprendió la marcha. Llevaba consigo regalos: treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de ropa. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. Biblia Nueva Traducción Viviente «Ve a visitar al profeta —le dijo el rey de Aram—. Te daré una carta de presentación para que se la lleves al rey de Israel». Entonces Naamán emprendió viaje y llevaba de regalo trescientos cuarenta kilos de plata, sesenta y ocho kilos de oro, y diez mudas de ropa. Biblia Católica (Latinoamericana) El rey de Aram le dijo: '¡Anda inmediatamente! Te voy a entregar una carta para el rey de Israel'. Se puso en camino, llevando diez talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez trajes para cambiarse. La Biblia Textual 3a Edicion Y el rey de Siria dijo: Ve allí con una carta° para el rey de Israel. Y partió llevando en su mano diez talentos de plata, seis mil piezas° de oro y diez mudas de vestidos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey de Aram le contestó: 'Vete, pues, y yo enviaré una carta al rey de Israel'. Se puso en camino, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez vestidos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré una carta al rey de Israel. Partió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestiduras. |
Un día decidieron hacer ladrillos y cocerlos en el fuego. De ese modo usaron los ladrillos en lugar de piedras. Además, emplearon el alquitrán en lugar de mezcla.
Vamos, descendamos y hagamos que hablen diversos idiomas, para que no puedan entenderse».
Pero a Benjamín le dio cinco mudas de ropa y trescientas monedas de plata.
Entonces el rey le dijo al profeta: ―Ven a mi casa conmigo, reposa un poco y come algo, pues quiero darte un regalo.
Acab le dijo a sus oficiales: «¿Se dan cuenta ustedes de que los sirios están aún ocupando nuestra ciudad de Ramot de Galaad? Y nosotros estamos aquí sentados sin hacer nada al respecto».
Un día, un hombre de Baal Salisá le llevó a Eliseo una bolsa con veinte panes de cebada, hechos con los primeros granos de la cosecha. Eliseo le dijo a Guiezi que repartiera los panes entre los jóvenes profetas para que comieran.
La carta dirigida al rey de Israel decía: «El hombre que lleva esta carta es mi siervo Naamán. Quiero que lo sanes de la lepra».
Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante.
Me dije entonces: «¡Anda, alégrate; sáciate de gozo!». Pero descubrí que esto también era vano.
Derribaré las cercas y dejaré que mi viña sea pisoteada por las vacas y ovejas que en ella pastan.
La comitiva, compuesta de algunos de los príncipes de Moab y de Madían, se presentó ante Balán, dinero en mano, y le refirieron las palabras de Balac.
Escuchen bien esto, ustedes los que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, nos quedaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero».
Sansón les preguntó si querían que les propusiera una adivinanza y ellos aceptaron. ―Si ustedes aciertan mi adivinanza durante los siete días de fiesta —les dijo—, les daré treinta túnicas y treinta mudas de ropa.