Entonces Eliseo se dirigió al manantial, que estaba en las afueras de la ciudad, y lanzando la sal en el manantial, declaró: ―El Señor ha purificado estas aguas. Ya no causarán más muerte ni esterilidad.
2 Reyes 5:10 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Entonces el profeta le mandó a decir que fuera a lavarse siete veces en el río Jordán, y que así sanaría de su lepra. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Biblia Nueva Traducción Viviente pero Eliseo le mandó a decir mediante un mensajero: «Ve y lávate siete veces en el río Jordán. Entonces tu piel quedará restaurada, y te sanarás de la lepra». Biblia Católica (Latinoamericana) Eliseo le mandó decir por medio de un mensajero: 'Ve a bañarte siete veces en el Jordán y tu carne será como antes y quedarás saño'. La Biblia Textual 3a Edicion Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Eliseo le envió un mensajero a decirle: 'Ve y lávate siete veces en el Jordán; volverá a ti tu carne y quedarás limpio'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. |
Entonces Eliseo se dirigió al manantial, que estaba en las afueras de la ciudad, y lanzando la sal en el manantial, declaró: ―El Señor ha purificado estas aguas. Ya no causarán más muerte ni esterilidad.
El profeta se bajó de la cama y caminó de un lado a otro de la casa por un rato. Volvió a subir y se acostó otra vez sobre el niño. Esta vez el niño estornudó siete veces y abrió los ojos.
―Tráiganme un poco de harina —dijo Eliseo. La puso dentro de la olla, y dijo: ―Ya todo está bien, así que pueden servirle a todos para que coman. Así que todos comieron, sin sufrir ningún daño.
Pero Naamán se enojó, y se fue. «¿Qué les parece? —dijo—. Yo pensaba que, por lo menos, el profeta saldría y me hablaría. Pensé que levantaría la mano sobre la lepra, invocaría el nombre del Señor su Dios, y me sanaría.
Entonces Naamán fue al río Jordán, se sumergió siete veces, como el profeta le había dicho, y su carne quedó tan sana como la de un niño.
Naamán llegó con sus caballos y carros, y se paró a la puerta de la casa de Eliseo.
Moisés volvió a casa y habló de esto con Jetro, su suegro. ―Con tu permiso —le dijo Moisés—, iré a Egipto para ver cómo están mis hermanos. Ni siquiera sé si viven aún. ―Ve con mi bendición —contestó Jetro.
Si después de lavarla no reaparece la mancha, se podrá usar nuevamente, lavándola por segunda vez, y la prenda será declarada pura».
y mojará la madera de cedro, el hisopo, la cinta roja y la otra avecilla en la sangre del ave que fue sacrificada, y rociará la casa siete veces. De esta manera se realizará la ceremonia de purificación de la casa.
A continuación, el sacerdote rociará siete veces la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre el ave para que vuele hacia el campo.
Llevará sangre del novillo y rociará siete veces con su dedo la parte oriental del propiciatorio, y siete veces delante del propiciatorio.
y rociará sangre sobre el altar, siete veces con su dedo, y de esta manera lo purificará de los pecados de Israel, y lo santificará.
Esto se hará los días tercero y séptimo. Enseguida la persona impura lavará su ropa, se bañará y en la noche quedará libre de su contaminación.
Eleazar mojará el dedo en la sangre y rociará siete veces hacia el frente del santuario.
De cuando en cuando un ángel del Señor bajaba al estanque y movía el agua. El primero que se metía al agua después de que había sido removida, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviera.
―Ve y lávate en el estanque de Siloé (que significa: Enviado). El ciego fue y se lavó, y al regresar ya veía.
Varios de ustedes merecían antes estos calificativos, pero ya el Señor les lavó sus pecados, los santificó y los justificó en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
Lo harán con siete sacerdotes que caminarán delante del cofre, cada uno con una trompeta hecha de cuerno de carnero. En el séptimo día caminarán siete veces alrededor de la ciudad, y los sacerdotes irán tocando sus trompetas.