Un día Jacob estaba haciendo un guiso cuando Esaú llegó del campo muy cansado
2 Reyes 4:40 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008 Pero después que los hombres comieron un poco, gritaron: ―¡Señor, el guiso de la olla es venenoso! Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo pudieron comer. Biblia Nueva Traducción Viviente Sirvieron un poco del guisado a los hombres, quienes después de comer uno o dos bocados, gritaron: «¡Hombre de Dios, este guisado está envenenado!». Así que no quisieron comerlo. Biblia Católica (Latinoamericana) Sirviéronles sopa a todos esos hombres, pero en cuanto la probaron exclamaron: '¡Hombre de Dios, la olla está envenenada!' Y no pudieron comer. La Biblia Textual 3a Edicion Y sirvió a los hombres para que comieran; pero sucedió que cuando comían del potaje, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no pudieron comer. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Sirvieron la comida a los hombres y, al probarla, éstos, gritaron: '¡La muerte en la olla, varón de Dios!'. Y no pudieron comer. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y lo sirvieron para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, dieron voces, diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en la olla! Y no lo pudieron comer. |
Un día Jacob estaba haciendo un guiso cuando Esaú llegó del campo muy cansado
―¡Varón de Dios! —lloró ella—, ¿qué me has hecho? ¿Has venido aquí a castigarme por mis pecados, y a matar a mi hijo?
El rey envió a otro oficial, con cincuenta hombres, a que le dijera: ―Varón de Dios, el rey dice que debes bajar inmediatamente.
Una vez más, el rey envió cincuenta hombres, pero esta vez el oficial se puso de rodillas ante Elías, y le rogó: ―Varón de Dios, perdona mi vida y la vida de estos tus cincuenta siervos.
Entonces envió a un oficial con cincuenta soldados, a arrestarlo. Lo encontraron sentado en la cumbre de una colina. El capitán le dijo: ―Varón de Dios, el rey nos ha mandado a que te llevemos ante él.
Uno de los jóvenes fue al campo a buscar verduras y regresó con algunas calabazas silvestres, las partió y las puso en una olla, sin saber que eran venenosas.
La mujer entonces le dijo a su marido: «Estoy segura de que este hombre que se detiene de vez en cuando aquí en nuestra casa es un profeta.
Perdonen mi pecado por última vez, y rueguen al Señor su Dios que aleje de mí esta plaga mortal. Prometo que no les negaré el permiso de salir a adorarlo».
Luego llegaron a Mara, pero no pudieron beber el agua, porque era amarga. Por esta razón el lugar fue llamado Mara, que significa amarga.
tomarán en sus manos serpientes, cuando beban algo venenoso, no les hará daño, pondrán las manos sobre los enfermos y estos sanarán».
Esta es la bendición que Moisés, varón de Dios, dio al pueblo de Israel antes de morir: